Mi mente solo la mira como una bala pudo cambiar tanto en mi vida .
Y no hablo de esta sino del día en que la conocí cuando sentía que el alma se me desarmaba con cada gota de sangre que perdía.
Pero sus ojos fueron algo que no podía distinguir si era ella o parte de mi camino hacia la muerte .
El calor de su mano su voz cada vez más lejos son lo último que recordé cuando volví abrir mis ojos y ver qué seguí allí entendí que era ella.
Pero Lugo la realidad me golpeó y los ojos y labios de Tamara llegaron recordándome que no soy hombre de detalles de debilidades y menos de mujeres soy una animal una bestia que apreta y no suelta.
Soy la clase de hombre que no avisa y te toma cuando decidí comprarla fue para ver de lo que me iba a perder y así dejarle calaron a ella que ese era su lugar
