Austin.
Después de pensar mucho en lo que quiero y en lo que será lo mejor para mí, he tomado la decisión por fin de hacer las cosas como se suponen que debí hacerlas desde el principio.
Si bien entiendo que parte de todo este drama es mi culpa, tomo responsabilidad para ponerle fin. Es todo lo que puedo hacer por el momento.
Respirando profundo toco el timbre. Mis pies inquietos me piden que me regrese a casa, pero mi mente, que es lo que me mantiene fuerte, me pide exactamente lo contrario.
Esperando ansioso, me quedo en posición mientras siento pasos detrás de la puerta hasta que abre y Lydia, con una expresión de sorpresa, aparece frente a mí. Durante unos segundos se queda en silencio, entonces sonríe levemente, incómoda y confundida.
—Austin, ¿qué estás haciendo aquí?
—¿Es
