Austin.
Pedirle a Blake que viniera a almorzar me pareció una buena idea puesto que jamás pensé en que se encontraría con Lydia en el camino. Se suponía que Lydia estaría en una reunión de su especialidad y por lo tanto no se cruzarían, pero lo hicieron y aunque no fue un caos total no dejo de pensar en eso.
Quizás fue el beso.
Si cierro los ojos todavía puedo sentir los labios de Blake tomando los míos, su lengua jugando en mi cavidad y el gemido que soltó su boca cuando nos separamos. Joder, hasta siento mi polla endurecerse cuando lo recuerdo, y eso no es nada bueno.
La atracción s****l que despierta en mí es evidente. Hoy lo confirmé. Blake es la clase de mujer que no necesita tener una intención clara de conquistarte para hacerlo, y eso es atrayente. Mucho.
—No me estás pre
