— Sheriff Miller ¿damos una vuelta?
— Hagan lo que le he pedido, ya vengo.
Gustavo solo sonrió cuando vio que subía a su auto, comenzó a conducir hasta llegar a una cafetería cerca de la comisaría del Norte. Miró a la Sheriff que tenía puesto su uniforme, su sombrero lo mantenía en sus piernas, su cabello estaba un poco largo y n***o, eran de la misma edad, ella vestia uniforme que le entallar perfecto, sus curvas, sus pechos, su culo, era perfecta.
— ¿Le llegó mi regalo?
— ¿La gran caja de chocolates y una botella de whisky? – dijo Miller mirándolo – Claro que me llegó.
— ¿Le gusto? – sonrió de lado.
— Gustavo te dije que debía pensarlo, no puedo decidir solo así.
— Vamos, el resto de tus chicos ha aceptado y tienen un pase VIP al club – lA miro – La ciudad ya no es segura, para n
