Ese lunes por la mañana para la joven en Erin ha sido toda una tortura indecible. Ella tenía las esperanzas puestas en aquella llamada del sábado, pero nunca llegó. Ahora con el ánimo bajo llega a la oficina a trabajar duramente para olvidar el fracaso sobre la propuesta de ella. Mayerli llegó con una taza de café y al ver aquellas negras ojeras en el hermoso rostro de su amiga y jefa dedujo que ella había pasado un mal fin de semana. — No te llamó ¿cierto? – manifestó la mujer apenas depositó la taza de café sobre el escritorio. Erin bajó la mirada a los papeles que tenía delante de ella para ocultar su dolor y decepción. — Al parecer no le interesó la propuesta – dijo en un tono de voz amargo — creo que voy a cometer el peor error de mi— dijo una joven llena de dolor. Mayerli anali