No respondí al día siguiente, ni tampoco fui a visitarlo, no fui capaz. Esa actitud se repitió toda la semana y mi evidente ausencia ocasiono que Arthur me buscara por cielo mar y tierra.
Al principio habían sido mensajes en los cuales quería saber el motivo por el cual lo estaba evitando, claramente los ignore y pretendí que podía seguir con mi vida sin que nada ni nadie me afectara, esa semana quise concentrarme en mi trabajo y no pensar en nada más, de ese modo tenía la excusa de decir que había estado demasiado ocupada como para responder un mensaje, así que me la viví entre pasarelas que anteriormente había rechazado por pereza, entre cocteles y también sesiones de fotos que en realidad no tenía tiempo de nada, ni de responder sus llamadas cuando empezó a sonar mi teléfono móvil.
Ig
