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De pronto la resaca se volvió el menor de mis problemas, intente tragar saliva, pero por supuesto incluso mi saliva tenía miedo de que Arthur me encontrara precisamente aquí y con las fachas que tenía. Lo primero que se me vino a la mente fue quedarme inmóvil. ¿Cómo diablos Arthur iba a saber que había una mujer ahí, en específico su mujer? Pero entonces recordé las palabras de Ethan sobre mis estúpidos zapatos, los cuales había arrojado por la casa como si fuera mia, por suerte yo no vivía con Arthur para que pudiera identificarlos y de todos modos, era hombre ¿Cómo diablos sabría que esos eran mis zapatos? Intente pensar lógicamente, Arthur simplemente no lo sabría, pero eso no cambiaba el hecho de que al verlos por ahí tirados, sería obvio que creer que habría una mujer por la casa qu