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De pronto aquel odio que sentía por Arthur se había vuelto cariño y aunque quizás ese sentimiento había nacido gracias a su enfermedad, quería creer que el Arthur qué comenzaba a conocer era su verdadera personalidad. Ethan estaba a cargo de la presidencia, pero aunque había hecho algunos trabajos para Arthur, aún no era un experto, por ello había instalado su oficina en su casa con la intención de recibir asesoramiento del mismo Arthur y aunque a mi parecer lo mejor era evitar que él siguiera estresándose de trabajo, nadie más que yo se quejó por ello, pero claro ni Arthur ni Ethan me tomaron en cuenta porque la estabilidad de la empresa dependía de ellos y enfermo o no debían mantenerla estable. El resto de la semana y mientras Arthur se recuperaba yo viajaba todos los días para visita