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Me había seguido, pero él no me había visto, eso supuse, puesto que yo no lo vi, ni siquiera asomándose. No había enviado a su chofer Jack a revisar o preguntar por mí, pero permaneció por cinco minutos estacionado ahí enfrente. Al irse rogué interiormente para que no me hubiese visto, ese lugar era el único que tenía, era mío y no podía permitir que Arthur continuara fastidiándome la vida porque seguro haría algo, estaba segura, no sabia que, pero temí que una vez que decidiera divorciarme, hiciera algo en mi contra al conocer mi dirección. Había sido muy tonta e ingenua al confiarme de esa forma, pero al menos la siguiente semana, no tuve noticias de él, aunque sí recibí llamas constantes de la oficina de mi padre exigiendo verme, cosa que no iba a suceder, al menos no pronto. Al ver q