La gente no podía creerlo... yo no podía creer que Arthur estaba a mi lado, con su mano sobre mi espalda, muy cerca de mi hombro. Su tacto era ligero, apenas ponía un poco de peso sobre mí, pero tan solo con eso era suficiente para saber que no me dejaría ir, había puesto su mano ahí para asegurarse de ello.
Trate de sonreír a las cámaras, aunque me era bastante difícil, no solo por la amenazante presencia de Arthur, sino porque la gente había olvidado el porqué estábamos todos reunidos ahí, el evento.
Arthur se había encargado de confirmar cada palabra que habían emitido mis labios, ya no había duda de que era mi esposo, quizás el beso que había depositado sobre mi mejilla no había sido del todo romántico o pasional, pero había sido suficiente para que el mundo ignorara la ropa que lle
