VALENTINA
La forma en que Alessandro me miró me provocó un extraño escalofrío de placer. Retrocedí cuando su cuerpo alcanzo a rozar el mío.
¿Qué se supone que estaba haciendo? Si es para ponerme nerviosa, lo estaba consiguiendo muy bien.
—Hermoso —pronuncio en voz baja, trague con forzosamente sin dejar de verlo —Ese vestido te asienta muy bien, es perfecto para tu cuerpo —sí, era deseo lo que pude notar, como al igual en sus palabras.
Al retroceder mi espada choco con una pared y llevé mis manos ahí para no caerme, ya que mis piernas temblaban como un cordero asustado, el detalle aquí es que no tenía miedo, bueno… Tal vez un poco, pero no exactamente de él, sino de lo que podía pasar entre los días si se acercaba más a mí.
Alessandro no se inmutó en ningún momento, él siguió hasta ac
