Días después, cuando regreso Sonia a su casa, se encontró con que no cabían las flores y los regalos que los amigos habían enviado. Cuando Aurora cumplió seis meses, el Tío George volvió a llamar a Monseñor McNair. -Joseph, soy George, te llamo para pedirte un favor. -otro, que podrá ser ahora, a ver explícate. - le respondió su viejo amigo -bueno es que nos gustaría que oficiaras el bautizo de la pequeña Aurora. -bueno por eso hubieras comenzado, el bautizo de una pequeña princesita, claro que lo hare, cuando será y quienes son los padrinos. -bueno en cuanto a la fecha, porque no lo organizas tú, y en cuanto a sus padrinos, bueno creo que aún no sabemos quién será. -déjate de tonterías George, esa pequeña tendrá un padrino responsable y ese no será otr
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