Del otro lado de la ciudad, Melissa sentía sus mejillas arder, su pulso estaba agitado, como la casi médico que ya era, su deducción más aceptable era que estaba bajo un estado de ansiedad, o con un resfriado potente...era lo que la lógica dictaba, aunque, sabía muy bien, que no estaba ansiosa o enferma...y no le gustaba el rumbo que las cosas comenzaban a tomar...no podía permitirse sentir lo que justo en ese momento estaba sintiendo, Jason era el primo de su esposo y ella, no se abriría nuevamente al amor…no después de Daryl…podía hacer una enorme lista del porque aquello estaba terriblemente mal, pero no podía evitar sentirse mareada al ver al adonis de cabellos negros sin playera en la salita de su casa secándose el agua de lluvia que escurría y dibujaba caminos en sus bien trabajados