El sonido del viento a través de los árboles lo relajaba, los cantos de las aves que venían desde el aviario hacían que el conjunto de notas naturales sonará como música, Maddox leía en silencio bajo la mirada de Belmont, quien había accedido a sacarlo a los jardines después de su mucha insistencia, odiaba estar encerrado, pero por estrictas ordenes de su "hermano" se veía obligado a pasar la mayor parte de su día en sus habitaciones o los muchos salones de la mansión Chadburn. Las pisadas que parecían aproximarse a el no lograron distraerlo de su interesante lectura, quizás, ya tenia una pequeña idea de quien podría ser esa presencia…y le repugnaba como nada más lo hacía. — No deberías estas fuera, a Emerson no le va a gustar eso — decía Dylan O´Brien al niño que no se tomaba la molest