El recorrido por las frías praderas que lucían sus colores secos y desprovistos de vida lo hacían sentir más miserable de lo que ya se sentía, la mansión Black igual que siempre, se alzaba como un enorme sepulcro lujoso al que tanto detestaba, no tenía ganas de volver, sabía que allí estaría su pomposo hermano mayor recordándole constantemente lo idiota que era y los muchos problemas que siempre les estaba ocasionando a todos en la familia...pero tenía que hacerlo, debía volver y ahora menos que nunca podía escapar de la vieja mansión...No ahora que O´Brien seguía sus pasos vigilándolo. — ¡Maldita sea! – Johan golpeaba el volante de su lujoso auto deportivo reprochándose así mismo el haber llegado a ese punto. Drogas, alcohol, diversión, sexo desenfrenado con mujeres hermosas y carreras