Cuando Jazmín regresó a su pueblo, sus padres la atacaron con un abrazo inmediatamente después de que ella entrara por las puertas. Después de que su madre había llorado al menos un galón de lágrimas y abrazara a John y Tomás también, ella exigió que su joven y hermosa hija regresara a casa por al menos un par de días. Después de que ella le ofreció cocinar todas sus comidas favoritas, a Jazmín le resultó imposible resistirse. No es que no quisiera pasar tiempo con su madre, ya que sus múltiples enfrentamientos con la muerte en los últimos días la habían hecho aún más agradecida por los lazos cercanos y ya había pensado en compartir con ellos unos días al regresar. - Oh y antes de que me olvide- dijo su madre cuando entraron en la casa. - ¿Si?- preguntó ya a mitad de camino por las esca