—Me gusta tu pelo Isabell—habla Isaila mientras peina mi cabello con suavidad, puedo ver su reflejo gracias al espejo y le sonrío con dulzura.
—Me gusta que lo peines, me hace sentir en calma—confieso y ella se ríe.
—Mañana cumples catorce años, estás creciendo muy rápido, pronto dejarás de ser mi nenita—hace un puchero deteniendo el movimiento de su mano contra el cepillo y niego.
—Siempre seré tu nenita, eso no cambiará, solo seré más grande. ¿Me enseñarás nuevas cosas?—pregunto con curiosidad y ella enarca una ceja.
—¿Hay algo que quieras saber?—inquiere y me sonrojo haciendo que me mire con mucha curiosidad—tengo que admitir que el sonrojo en tus mejillas ha despertado totalmente mi curiosidad—niego un poco mordiendo mi labio inferior.
—Ayer un niño me dijo que me quería dar un beso… pero yo solo quiero que Shane lo haga—susurro despacio y ella sonríe con ternura.
—Te gusta Shane—dice con suma tranquilidad y asiento—eso yo lo sabía, solo esperaba que tengas el valor de decírmelo—juego con mis dedos y ella vuelve a peinar mi cabello—tranquila, yo te ayudaré—me guiña un ojo y sonrío.
—Gracias, eres mi cómplice—susurro y ella sonríe.
—Somos cómplices en todo—me hace saber y asiento—siempre juntas—me abraza y me siento amada.
—Siempre—murmuro.
—¿Qué quieres saber de ella?—mi tono es más frío del que pretendía usar, pero tengo años que de ella no sé nada, ella simplemente me borró de su vida como si no fuese nada.
—Todo—responde con tranquilidad.
—Yo no sé nada de esa persona—me levanto y él toma mi mano entre las suyas.
—¿Pasa algo con ella?—pregunta preocupado.
—Para mí ella está muerta—me levanto y salgo. Llamo a Lorenzo y le digo donde puede encontrarme.
***
—¿De verdad vas a seguir investigando?—pregunta y yo asiento.
—Quiero unir todas las piezas de este rompecabezas—le digo mirando el azul del cielo.
—Isabell—bajo la mirada y Lorenzo sonríe—déjame unirlas a tu lado—susurra. Sus ojos mieles brillan con un toque precioso que me envuelve en segundos.
—¿A qué te refieres?—pregunto mientras sus ojos se posan en mis labios.
—Quiero que estemos juntos—susurra y me besa. Él me besa, es la primera vez que siento el contacto de sus labios en mi piel.
Sus labios son tan dulces que por un momento resulta doloroso para mi alma oscura. Pero no lo detengo, yo le correspondo. Este debe ser el beso más lento y dulce que me han dado. Se separa de mí y calcula mi reacción. Solo me mantengo en silencio y toco mis labios sin creer lo que sucede.
—Isabell, déjame ser tu novio, déjame ser tu compañero y déjeme amarte como lo mereces—muerdo mis labios reprimiendo las ganas de llorar.
—No sabes a lo que te arriesgas—susurro mirando a otro lugar.
—Yo sí, solo quiero que tú me ames—toma mi rostro entre sus manos—solo deja que te haga feliz—me dice con una sonrisa.
—Esta vida es como un café amargo que nunca ordene—le susurro dolida—te estas exponiendo a un corazón roto, ¿lo sabes?—él asiente con una mirada tan segura.
—Siempre mido el peligro antes de lanzarme a el—susurra.
—Está bien—él me besa y me dejo envolver, ocultando en los bolsillos de mis pantalones algo que me inquieta.
Al menos Lorenzo puede ser feliz.
***
—Isabell—miro a Elliot quien me sonríe—tengo noticias—susurra sentándose en mi cama. Ya es de noche y estoy sola en mi habitación escribiendo. Claro, ahora acompañada de la presencia de Elliot.
Dejo a un lado la laptop y me concentro en él, sus ojos azules clavados en mi mientras su cabello alborotado le da un suave toque de chico malo que no es. En el tiempo que lleva de regreso me he dado cuenta de que es un chico muy bueno, porque mira que ayudarme de esta manera desinteresada dice mucho de él, además de que no me ha faltado el respeto en ningún momento después de nuestros altercados de carácter. Puedo asegurar que Elliot no es malo.
—¿Qué encontraste?—pregunto dándole mi atención.
—Mañana podemos ir a revisar la zona, tu casa tiene vigilantes, pero todos los días según me informaron hay cambio de guardia justamente a las cuatro. Tenemos que entrar y luego buscar la manera de salir sin que nos vean—le sonrío porque él de verdad me está ayudando.
Me lanzo y lo abrazo y susurro un gracias. Él me abraza a mí y nuevamente esa extraña sensación de mi piel erizarse ante su caricia en mi espalda desnuda. Me separo y lo miro de cerca. Sus ojos de noche son incluso más oscuros. Me encanta el color de sus ojos.
—Te tengo que mostrar algo—murmuro pestañeando y saliendo del trance que sus ojos me tenían.
—¿Qué es?—me levanto siendo consciente de que solo llevo unos shorts muy cortos y una blusa de tirantes y no llevo sujetador porque la blusa me cubre bien.
Busco entre mis libros el papel que estoy ocultando. Al encontrarlo lo tomo y se lo paso. Él lo toma sin entender nada. Lo abre y lo lee. Su mirada preocupada sube de inmediato.
Deja de investigar o vas a desaparecer como desparecimos a tus padres.
—¿Dónde encontraste esto?—me pregunta muy preocupado leyendo la nota en sus manos.
—Estaba en la moto—muerdo mis labios—me preocupa un poco—susurro.
—No debe de preocuparte solo un poco—me dice mirándome—esto es muy preocupante—me dice mirándome.
—Por favor, ayúdame, no quiero que esto nos asuste. Si se han atrevido a amenazarme significa que estoy cerca de la verdad—le digo tomando su rostro para que me mire—ayúdame. Lorenzo me hará desistir de esta decisión, solo puedo confiar en ti, por favor—él suspira. Su cuerpo musculoso esta tenso.
—Isabell...
Susurra sin saber que decisión tomar, si él no me ayuda haré esto sola y es poco probable que encuentre algo. Además, él me consiguió la información muy rápida, conoce más personas que yo.
—No me dejes sola ahora—sé que es chantaje emocional, pero necesito de su ayuda.
—Solo si me dices lo que sucedió con tu tía—ahora es mi cuerpo que entra en tensión.
—Primero dime para que quieres saber sobre ella—susurro caminado a mi cama.
—Ella y yo... Nosotros tuvimos algo, luego yo me fui, ella años luego me siguió y después regreso aquí. Jamás volví a saber de ella—me dice sentándose a mi lado.
—Ella me abandonó cuando más la necesitaba, me dijo que era muy inmadura para tenerme, que su dolor... Con su dolor bastaba y no sabía cómo lidiar con el mío. Desde entonces no sé nada se ella—él asiente comprendiendo.
—¿Qué hacías antes de qué llegué yo?, te veías muy concentrada—dice cambiando de tema cuando ve que me incómoda.
—Terminaba un poema—le digo y él asiente.
—¿Me dejas leerlo?—pregunta con una sonrisa.
—Está bien—le paso la computadora.
Mientras
Mientras que me gritas en silencio
Yo estoy buscando la salvación.
Mientras que lloras sin control,
Yo solo quiero tu perdón,
Mientras que lastimas una vez más mi corazón
Yo me humillo por amor,
¿Qué nos pasó?,
¿Por qué lastimarnos de ese modo?,
Mientras tu corrías a otros brazos
Yo trataba de arreglar las cosas,
¿Por qué fui tan ciega?
Mientras que lloraba tu nombre en las noches
Tu calor era de otra persona,
Mientras ansiaba tu llegada
Tú buscabas en otro cuerpo lo que yo buscaba en el tuyo,
¿Por qué su calor?,
¿Por qué solo a mí me dolió?,
Mientras que me jurabas amor
Estabas con ella en las noches,
Mientras que me decías te quiero a ella le decías que era tu vida,
Mientras que me tratabas como a una estúpida
Yo caía en la mentira sin control
¿No te basto mi humillación que quieres destruirme sin remedio?, ¿Qué pasó para que me odies como ahora?
Mientras yo añoraba tus tardes
Tú las compartías con alguien más,
Mientras besabas sus labios
Los míos te aclamaban con dulzura,
Mientras que mis locuras se cerraban por ti
Tú jugabas a la ciega conmigo,
Mientras yo te daba mi corazón en tus manos
Tú lo rompías en miles de pedazos.
—Tienes talento para esto—me dice con una sonrisa.
—Gracias—me sonrojo de repente. ¿Por qué me siento tímida a su lado?
—Bueno, te dejo descansar—se acerca y besa mi frente—descansa—sale de mi habitación y yo miro el poema. Sonrío negando y me acuesto.
***
—Entonces tú y Lorenzo son novios y soy el último en saberlo—la voz de Marcus me hace cerrar mi casillero y mirarlo.
Marcus es un chico muy lindo de cabello castaño, ojos marrones y sonrisa bonita con hoyuelos incluidos. La verdad es que las últimas semanas he sido una amiga de mierda con él, ni siquiera está al tanto de las cosas que pasan en mi vida y es que yo ando corriendo por la vida que cuando me tomo un respiro me doy cuenta de que he dejado a muchas personas atrás, es por eso que no me tomo a mal que esté enojado. Lo veo acomodar sus lentes y suspiro recargando mi cuerpo contra el metal de los casilleros.
—Fue ayer y como sabía que tenías la cena con tu papá no quería molestarte—murmuro y le doy una sonrisa.
—Me ha dolido enterarme por alguien más—lo abrazo y le doy un beso en la mejilla.
—Mejor cuéntame cómo te fue—él me da una sonrisa tensa.
El padre de Marcus es un hombre que detesto, siempre lo insulta porque la pasión de su hijo son los videojuegos. Él piensa crear un videojuego y ya trabaja en ello. Sé que será muy famoso porque tiene unas ideas muy buenas, pero su padre quiere que él sea u doctor y a Marcus no le gusta.
—Lo mismo de siempre—lo abrazo para luego dejar que su brazo rodee mi hombro y comencemos a caminar.
—Yo creo en que serás un gran diseñador de videojuegos—él me sonríe y veo a Shane venir junto a Lorenzo. La cara de Shane no ve mientras ni un poco feliz.
—¿Qué esperabas para decirme que están saliendo?—pregunta cruzando de brazos. Suspiro, tengo tantas cosas que hacer que se me había olvidado comentar ese dato a todo el mundo.
—Lo siento, ayer estaba muy concentrada en los poemas—miro a Marcus disculpándome también con él.
Lorenzo me mira y se acerca besándome por sorpresa. Abro los labios y dejo que me bese, pero luego me separo al recordar que mi mejor amigo mantiene sentimientos por mí y que esto posiblemente le lastima bastante. Él me abraza y sonríe feliz, ahora me doy cuenta que de verdad él me quiere. Shane nos mira y algo oculta su mirada y su sonrisa. Lo conozco bastante.
—Iré a clases—anuncio tomando del brazo a Marcus y caminado lejos de los amigos que seguramente nos miran caminar.
—No lo amas—es lo primero que me dice Marcus—eso no se hace—regaña molesto y me muerdo los labios.
—Le quiero y sé que podré amarlo—susurro mirándolo—ahora vamos antes que nos dejen afuera—lo obligo a caminar y él me hala un poco el cabello por lo que lo muerdo de manera juguetona. Espero nunca perder mi mejor amigo y espero con toda mi alma que él pierda ese amor por mí. No quiero verlo sufrir.
La clase de Biología siempre será la clase que más deteste. ¿Razones?, ni yo las sé. Tal vez la manera del profesor exponer es tan aburrida como su cara. Me dan ganas de bostezar. Estoy muy aburrida.
Me dedico a hacer un listado de las razones por las cuales son sospechosos mi tía, Travis, los vecinos y él tan Jhon que solo vi dos veces en mi casa. Desde mi punto de vista y enumero todo, hago memoria de cualquier dato que nos ayude con la búsqueda de la verdad, la búsqueda de todo este enredo.
Miro al profesor e ignoro la mala mirada que me da, además el piensa que tomo nota cuando en realidad solo busco en la caja de mi mente recuerdos importantes.
Cuando la clase acaba suspiro feliz, ese hombre me aburre tanto. Marcus me regaña por no prestar atención y veo venir en mi dirección a Lorenzo.
—¿Salimos esta tarde?—pregunta con una sonrisa.
—Lo siento, tengo planes ya—beso su mejilla y camino. Debo de ser la novia más rara del mundo. Marcus me mira sorprendido, tal vez porque esperaba un cambio drástico en mi como yo hablarle con palabras cursis o algo así.
—¡Espera!—él grito de Lorenzo me detiene—¿a dónde irás?—pregunta él.
—Tengo un asunto con Elliot, ¿qué tal mañana?—él asiente con una sonrisa.
—Nos vemos—camino afuera al lado de Marcus y veo venir en mi moto a Elliot.
—¿Le has dejado conducir la moto?—pregunta sorprendido y sonrío.
—Digamos que le debo favores—beso su mejilla—hablamos luego—le guiño un ojo y camino hasta Elliot.
—¿Lista para lo que viene?—pregunta y subo en mi moto y me abrazo a su cintura. Su aroma masculino se filtra en mis fosas nasales y sonrío.
—Nací lista—susurro y él enciende la moto.