Sebastián.
"El más joven de los Weishler otra vez envuelto en una pelea callejera"
"La familia Weishler otra vez en el ojo de la tormenta por el mas joven de la familia"
"El hijo del empresario Hardy Weishler una vez mas en polémica por peleas clandestinas"
"Un nuevo video del joven Weishler en peleas callejeras"
"Otra impunidad sobre la clase social alta, otra impunidad frente a la ley".
—Y sigue eh. —lo miro a mi papá con los ojos enormes porque va cambiando los canales donde sale en todos lados el video que se acaba de hacer viral—. Oh, mira, otro mas, y otro... —carraspeo acomodándome en la silla porque siento que si hasta respiro fuerte me va a partir la cara—. A ver, vamos a poner las cosas en contexto porque sino sabes... —se para asustándome, pero va al mini bar que tiene—. Sino es como que entiendo cualquier cosa y no te doy el espacio a la duda. —estoy totalmente mudo mirándolo—. Habla, aclárame esa mierda que veo en cada canal. —señala la tele y yo nada—. Ahi eres un machito que va contra todos y aca no hablas, no dices nada.
—No es lo mismo.
—¿Qué no es lo mismo?. —cuando viene frente a mi siento que comienzo a transpirar, vuelvo a carraspear impulsando la silla para atrás porque necesito espacio—. Quédate quieto.
—Es que... —lo señalo con la mano abierta y toma el trago mirándome —Sabemos que va a pasar y al menos me quiero cubrir un poco. —señala la tele donde siguen pasando mi video de una pelea—. ¿Qué?.
—¿Acaso te preparas para pelear?.
—No, no papá nunca, no... —llego a toser de los nervios que tengo—. Jamas cruzaría ese limite contigo. —deja el vaso en el escritorio asintiendo.
—Ahora vamos a hacer esto, porque esta es la última oportunidad que te doy Sebastián, la última, no hay mas, —asiento sabiendo que me va a doler mas que un golpe, que básicamente preferiría el golpe—. No tienes permiso de salir a ningún lado, dame las llaves del auto. —me las saco del bolsillo dándoselas—. Y las tarjetas y él carnet.
—Pero...
—¡Ahora!. —le doy las tarjetas con ganas de llorar la verdad—. Te voy a ir dando un poco a la semana y con eso te arreglas, pero hasta que no me muestres un cambio Sebastián, se te termina la joda, porque donde vea eso de nuevo, me vas a conocer enojado, —veo como mete las cosas a un cajón—. Ahora vete a casa y me esperas ahi, y tu madre me vuelve a decir que le discutís, ay Sebastián, te voy a agarrar con un cinto y te voy a dar por todas las que te deje pasar. —salgo de la oficina con él atrás y ahí está Rogelio—. Rogelio, llévalo a la casa, sabe perfectamente que solo a la casa, porque si baja antes lo voy a desarmar. —lo miro con los ojos enorme y bien calladito—. Ya vete. —con Rogelio salimos en silencio, es el chofer y guardaespaldas de mi mamá, en el auto me siento adelante pensando en que safe de la paliza de mi papá, por muy poco safe, pero no creo que de la de mi mamá me libre.
—¿Qué te mandaste ahora?.
—Se filtró un video.
—¿Cuánto ganaste?. —lo miro riendo—. Dale dime.
—Doscientos.
—¿Solo eso para que te dejen la cara asi?.
—Con uno solo, ahora en dos semanas hay otro, es mucha mas plata y tengo que ir.
—Tu papá te agarra justo en la pelea Sebastián, no la cuentas mas, eso es seguro.
—Si lo sé, pero necesito esa pelea, me preparé todo el año por eso.
—Estas loco pibe. —vamos a la casa donde mi mamá espera afuera—. Uuuhhh, yo me las tomo.
—Mmjjj. —frena cuando mi mamá se acerca, ella abre la puerta y me comienza a dar golpes.
—QUE ES LO QUE TE PASAAAA, MIRA LA TONTERA QUE HACES, BAJA YA DE AHIIII. —me bajo cubriéndome con las manos y caigo arrodillado pero escondo la cabeza riendo porque pega fuerte pero no me duele—. DEJA DE REIR.
—BUENO PERO PARAAAA... —me siento sin parar de reir y mas se enoja, encima todos miran, hasta Cami esta en la puerta cruzada de brazos riendo—. Espera, no me pegues mas.
—Te pego todo lo que quiera porque eres un tonto, no tiene ni un poco de cuidado por ti mismo.
—Papá va a arreglar que saquen los videos.
—NO ES POR ESO ESTÚPIDO, MIRA COMO TIENES LA CARA. —dejo de reir porque comienza a llorar—. TE PUEDEN LASTIMAR, PUEDES GENERAR PROBLEMAS, PIENSA UN POCO SEBASTIAN.
—Mami para. —me paro ya no jugando mas.
—Nooo, porque no entiendes, parece que le habláramos a una pared contigo, no entiendo porque haces esas cosas, ¿Qué te sucede?.
—Mami no llores. —la quiero abrazar pero me saca las manos dándome golpes.
—NO ME TOQUES, YA ME ESTAS CANSADO CON LAS TONTERAS QUE HACES. —se va a la casa y yo atrás medio avergonzado porque todos me miran, encima trabajan un montón de personas en la casa y Cami se rie.
—Muévete.
—Buena, si el idiota aca eres tu.
—¿Quieres un golpe?.
—Dale, pégame asi viene papá y te da una buena paliza. —me empuja con fuerza provocándome.
—Déjame, porque me va a importar poco que me pegue pero te voy a dar una buena.
—Dale, pégame. —me saco la campera tirándola al sillón diciéndome que después la agarre o mi mamá me da con el cinto donde odia que dejemos las cosas en cualquier lado, y yendo a la cocina con Camila atrás empujándome y pegando intento buscar paciencia—. Dale cagón, le tienes miedo a papá cagón.
—YA DEJAMEEEE. —la agarro de los pelos tirando para abajo y le doy una patada en el poto tirándola de rodillas.
—AAAGGGG MAMAAAAAAA.
—Deja de joder loco, después andas llorando estúpida.
—AAAAJJJJ. —me agarra de la pierna y no puedo creer cuando me muerde.
—¡QUÉ MIERDA HACES!.
—¿La pueden cortar por favor?. —Nora pasa por medio de nosotros y yo caigo de culo donde no me suelta.
—SUELTAMEEEE, AAAAJJJJ,
—Basta Camila. —Nora agarra una rejilla y ahi me suelta enseguida.
—Ya ya, no era para que agarres la rejilla loca. —me subo el pantalón viendo la marca de los dientes.
—Métete en un pozo porque donde te agarre te hago mierda.
—Aaaah si si si, aaaagggg. —sale corriendo y yo atrás, y quedo quieto cuando mi mamá bajar las escaleras—. Aaajjj mamá.
—Desde mi baño escuchaba los gritos, la cortan los dos.
—Si si, no molesto mas. —la apunto jurándosela—. Mira Seba mami.
—Deja de molestar tu también, te piensas que no te conozco, y tú, saca esa campera del sillón, sabes que odio que dejen ropa por todos lados.
A la noche comemos los tres como siempre porque mi papá no asoma la cabeza ni loco, y bueno, creo que mi mamá va cambiando un poco gracias al cielo, porque nos deja ver tele cuando antes jamás en la vida lo permitía, una de las peleas en la mesa con mi papá era por eso mismo, mi papá quería poner la tele y ella no, mandó a sacar todas las teles que teníamos y uufff, casi vuelan platos por todos lados, y ella decía, "asi hablamos en la mesa, no puede ser que nos sentemos a comer y no hablemos", si, costó un montón porque terminábamos peleando al principio, y hablo desde el tiempo que Julian vivía con nosotros, y yo era mas chico porque con Julian nos llevamos casi diez años, y él se fue de la casa a los dieciséis si no estoy mal, y se fue, no es que pidió permiso o algo, un día armó su bolso y chau, no volvió mas, mis papás fueron a buscarlo y no volvió, no visitó la casa como por dos años después de eso, nosotros íbamos a verlo, pero bueno, nadie dijo que las familias eran perfectas.
—¿Cami?.
—¿Qué?.
—Pensé que te habías dormido. —me acomodo al lado de ella boca abajo—. Tengo tremendo cansancio.
—Si, me imagino.
—Cierra el pico que me duele la mordedura todavía.
—Que maricon, no aguantas nada.
—Dame tu mano así te enseño.
—Ni loca, mish. —se tapa hasta el cuello y cierro los ojos—. Hasta mañana.
—Hasta mañana.
.
.