Leila. Me rio con mi suegra cuando se prueba unos zapatos horribles, nunca había visto algo tan feo y la vendedora nos enseñó como la novedad y tendencia, llego a aplaudir de la risa porque los modela y son horrendos en todo su esplendor, un taco pequeño, puntudos que da la sensación que calza diez talles mas, una flor en el empeine, horribles, y la vendedora nos mira donde las dos que nos reímos tentadas y Celeste con Camila nos mira sonriendo y sin entender dé que nos reímos de los zapatos, porque no dijimos nada, simplemente nos miramos sabiendo que pensaba la otra y ya. —¿Qué dices?. —¡Ay Julia!. —muevo la mano apretando los labios para no reír—. Divinos, para la presentación de los bebés van a ser ideales. —Que yegua que eres. —Si no los lleva me los llevo yo, piense rápido. —¿