El domingo por la noche decidí hacer como si no hubiera pasado nada. No era importante. Era una distracción. No me distraería más de mi motivo, por muy guapo que fuera mi objetivo. No pude evitar elegir una blusa escotada y una falda más corta de lo habitual, pero me dije que formaba parte del plan. Si lo mantenía distraído y desarmado, tenía más posibilidades de éxito. Puede que todo esto acabara resultando a mi favor. Cuando entré en el trabajo, nadie actuó como si supiera que algo era diferente. Sophie me dijo que era importante ocuparse de mis asuntos y no cotillear cuando trabajaba en el bar, quizá esa política se extendía al resto de la oficina. O tal vez realmente no sabían nada. Me aseguré de actuar como siempre mientras me preparaba una taza de café antes de subir al piso de Hal