Capitulo 18. Presentimiento.

1106 Words
- Maximiliano miraba a su mujer como si fuese lo más hermoso del mundo; la noche había sido más que perfecta, habían hecho el amor una y otra vez hasta terminar agotados, él creía que Eden le pediría esperar pero fue todo lo contrario, le pedía mas y porsupuesto que él no se negaría. Ella estaba despertando, su cuerpo se sentía cansado pero al mismo tiempo relajado, tenía un poco de dolor pero nada insoportable. _ Buenos días. - Dijo Maximiliano mientras la presionaba contra su cuerpo. _ Buenos días. Llevas mucho despierto?. _ No tanto, pero me alegro de haber despertado un poco antes, así pude verte dormir. - No sé desde cuándo me volví un estúpido romántico pero con Eden no puedo evitarlo. - Ella se acercó a él besándolo con pasión, Maximiliano correspondido colocándose sobre ella y recorriendo todo su piel con sus manos. Su mañana no podía iniciar mejor, todo parecía perfecto pero era hora de demostrar si estaban dispuestos a luchar juntos contra todo y todos. - Alvaro tenía todo preparado, Elena buscaría a Maximiliano a la hora acordada y él tendría a Eden. Él creía que nada podría salir mal ya que en su retorcida mente Eden también lo quería, enserio creía que ella estaba confundida y él se encargaría de quitarle aquella confusión. Está no era la primera vez que Alvaro quería destruir lo bueno que Maximiliano y Eden tenían, al menos no en esta vida. Su apariencia era diferente pero su esencia era la misma, era el mismo que en otra vida apuñalo a sangre fría a Eden con el único fin de dañar a Maximiliano. **** - Eden se despedía de Maximiliano y una extraña sensación se apoderó de ella, sentía que algo no estaba bien. _ Qué pasá, porqué esa cara?.- Pregunto Maximiliano alzando el rostro de Eden. _ No creo que sea nada, no te preocupes. _ Hice algo mal?. No quiero irme a la empresa pensado que algo anda mal. _ Nooo... tú no hiciste nada malo. - Lo beso y rodeo su cuello. _ Es que tengo un mal presentimiento o quizás solo es que no te quiero dejar ir. - Comienzo a sonreír como un idiota después de escuchar la declaración de mi mujer, desde que despertamos no ha dejado de demostrarme que siente algo por mí, me siento dichoso y por primera vez en mi vida me siento feliz. No puedo evitarlo y la beso con desesperación, quisiera aprovechar que Camí se fue al colegio y tenemos la casa solo para nosotros, si no fuera por la reunión de hoy... _ No pasara nada malo. - Me alejo de ella muy a mi pesar. _ Pero qué te parece si paso por ti y aprovechamos la casa antes de que llegue Camí. _ Me encanta!. Saldré antes del trabajo así que tendremos mucho tiempo a nuestro favor. - Me despido de Maximiliano y lo veo partir, me siento un poco extraña pero creo lo mejor es no hacerme ideas. - Maximiliano llegó a su empresa con una sonrisa en su rostro, su asistente Marian puedo notar la felicidad que él tenía. Ella se sentía feliz de verlo sonreír pues él representaba algo muy importante, por alguna razón sentía la necesidad de cuidarlo y protegerlo, ella no tenía hijos y tampoco se había casado, ya tenía más de cincuenta años y creía que el amor nunca había sido para ella. Miraba a Maximiliano cómo ese hijo que nunca tuvo y al cual su mejor amiga le dejo a cargo si algo le pasaba. Lo que no sabía Marian es que en una anterior vida, el papel que represento para Maximiliano fue uno de los más importantes y su amor incondicional seguía aunque ella ni siquiera supiera el porqué. _ Señor, que bueno que llegó. _ Buenos días Marian. - La abrazo, la alzó y después la vuelvo a bajar. _ Señor!. Le preguntaría a qué se debe su felicidad pero se que esa tiene nombre y apellido. _ Soy tan obvio?. _ Desde que se casó no para de sonreír y cada vez que viene la señora su rostro se ilumina. _ No puedo evitarlo, estoy enamorado. Dime qué está confirmada la reunión de hoy para salir a tiempo y ver a mi esposa. _ Así es señor, ya está todo confirmado. **** - Ya era hora y Maximiliano no llegaba, Eden llevaba esperando 30 minutos y él no contestaba los mensajes y llamadas así que decidió marcar a Marian para saber si todo estaba bien. _ Buenas tardes, Marian?. Soy Eden. _ Buenas tardes señora!. Qué necesita?. _ Quería saber si Maximiliano se encuentra ahí?. He marcado a su teléfono pero no contesta. _ Señora él se fue a la reunión que tenía con unos inversionistas y dijo que no volvería porque pasaría por usted. Quizás lo detuvieron más tiempo, quiere que le mandé de taxi?. _ No Marian, así está bien. _ Señora no se preocupe, quizás solo se le pasó el tiempo. _ Si, bueno será mejor que lo espere en casa. Gracias Marian. - Eden colgó la llamada y al alzar la mirada vio a un hombre que ella reconoció; Alvaro se acercó a Eden con una sonrisa que a ella le provocó miedo. _ Señor Marnili, qué hace usted aquí?. _ Eden, me da gusto verte. Mi hijo me pidió pasar por ti, la reunión que tenía se extendió. _ Oh entiendo pero no era necesario que pasara por mí, yo ya pedí un taxi. - Eden sentía que algo no andaba bien. _ Vamos Eden, estoy aquí porque quiero recuperar mi relación con mi hijo. Le prometí pasar por ti así que no me hagas fallarle de nuevo, estoy tratando de hacer las cosas bien. - Eden dudaba, algo no estaba bien, Maximiliano no hablaría con su padre sin antes contarle algo a ella. _ Le agradezco señor pero no puedo aceptar, no sin antes hablar con su hijo así que tendré que negarme. - Eden giro para tomar camino dándole la espalda a Alvaro, este furioso por su reacción la todo por la espalda y le coloco su mano en la boca para que no gritara, Eden trato de defenderse, intentaba gritar, patalear y golpear mientras Alvaro la dirigía a su coche, ella se aferró a la puerta pero él era muy grande y fuerte. Al final la subió al coche pero ella intentaría volver a bajarse, en ese momento siento un golpe en rostro que la dejo desorientada y cuando intento volver a levantarse otro golpe llegó a su rostro dejándola completamente inconsciente. _
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