- Maximiliano despertaba en los brazos de Eden después de aquella noche donde tuvo una horrible pesadilla, él había sentido tan real aquel sueño que incluso recordarlo le hacía sentir miedo de perder a Eden. Nunca había creído en almas gemelas, reencarnación o amor a primera vista pero tenía tan clara la sensación de que en algún momento, tiempo o época él había perdido el amor de Eden.
Ella se encontraba profundamente dormida, sus manos se seguían aferrando al cuerpo de Maximiliano el cual se sentía más que feliz de tenerla tan cerca, ese blusón de seda que llevaba puesto dejaba muy poco a la imaginación y su olor era increíble, el cuerpo de Maximiliano reaccionó a tal punto de provocarle dolor, él no quería despertarla pero tampoco quería darle una mala impresión, así que se levantó con cuidado para no despertarla y se dirigió al baño para hacerse cargo de su erección.
Eden despertó y al no ver a Maximiliano se sobresalto, brinco de la cama para buscarlo pero él ya estaba saliendo de ducharse.
_ Maximiliano, porqué no me despertaste?. Miro a ese hombre solo con una toalla cubriendo su cintura y mostrando su bien trabajado físico, era inevitable no sentirme nerviosa pero evitó demostrarlo.
_ Te ví descansar y no quise molestarte. - Dios está mujer me va a matar, se ve hermosa incluso al despertar, deseo devorarla por completo y siento que no aguanto más. Me acerco a ella y me hundo en su cuello, su olor me enloquece y su piel me enciende a más no poder.
_ Hueles increíble, me encanta tu olor. - Beso su cuello y siento que voy a perder la poca cordura que me queda.
_ Maximiliano, por favor detente. - Le pido que se detenga, aunque él me atrae y prácticamente es mi esposo, aún no me siento lista para tener intimidad.
_ Jamás haría nada que tú no quisieras Eden, pero me es tan difícil estar cerca de ti sin siquiera probar tus labios.
_ Quizás besos si podría haber, pero lo demás no pasará hasta que me sienta segura.
_ Con los besos me conformo, por ahora. - Muero por hacerla mía pero quiero que ella lo desee tanto como yo, así que estoy dispuesto a esperar hasta que ella confíe plenamente en mí.
- Maximiliano tomo el rostro de Eden entre sus manos, junto sus labios con los de ella y fue avanzado de manera tierna hasta terminar devorando su boca de manera deseosa y provocativa. Metió su lengua saboreando cada rincón, mordió y lambio de manera desesperada y ansiosa; ella lo imitó y correspondió de la misma manera haciendo que ambos se demostrarán su necesidad.
*****
- Ya era hora y todo se encontraba listo, la boda tendría que dar inicio en un par de horas y Alvaro aún no encontraba a su hijo, Elena no le había contado de su encuentro con él por temor a que cancelara la boda así que se dedicó a hacer los arreglos necesarios para su gran día. Alvaro estaba a punto de volver a marcarle cuánto Maximiliano apareció en aquel recinto, pero no lo hizo solo, Eden lo acompañaba tomada de su mano.
_ Veo que ya todo está listo. - Veo ese lugar decorado con pésimo gusto.
_ Dónde se supone que estabas Maximiliano?.
_ Estaba disfrutando de unos días con mi esposa.
_ No estoy jugando Max!. Hablo bastante enserio.
_ Y yo también lo hago, no tengo porque avisarte lo que tengo o no que hacer.
_ Pues si es así, me da gusto que llegues y como no me da tiempo de avisarte de algunos cambios, tendré que hacerlo aquí.
_ A que te refieres?. - Sabía que mi padre haría algo pero me da gusto haberme adelantado a sus planes. Me sonrió por dentro; en mi viaje con Eden le advertí de lo que podría pasar así que ella viene tan prevenida cómo yo para esto.
_ Bien hijo, pues como sabes tendrás que casarte hoy y ese plan sigue en pie, pero he decidido hacerte caso.
_ Ha sí?
_ Por supuesto hijo, reconozco que fue un error obligarte a aceptar a Eden así que decidí buscar a la única mujer con la que estabas dispuesto a tener un compromiso. - Digo esas palabras esperando que mi hermosa Eden se de cuenta de quien es Maximiliano.
_ Eso es verda amor, tu padre ya aceptado nuestro compromiso. No es grandioso?.
- De todas las cosas que espere hiciera mi padre, nunca me imaginé que buscaría Elena, ella sale de la nada como si esperara que la anunciarán, yo tomo con más fuerza la mano de mi mujer y ella coloca su otra mano en mi hombro, se da cuenta de mi enojo pero volteo a verla y ella me regala esa hermosa sonrisa.
_ Tranquilo, recuerda tu propio plan. Noto la molesta de Maximiliano, él ya me había advertido de un momento como este.
_ Eden, lo siento pero como tampoco logre localizarte no pude avisarte los cambios que habría, pero no te preocupes que aún así todas las deudas de tu padre han sido saldadas. - Trato de acercarme a ella y sé le quite un peso de encima pues ella en realidad no quería casarse con mi hijo, quizás me vea como su héroe y esto nos pueda acercar más.
_ No te acerques a ella.- Tomo a mi mujer de la cintura con fuerza y la atraigo a mi cuerpo, miro el rostro de mi padre y ya no tengo dudas, a él le gusta Eden.
_ Amor deja que tu padre arregle sus asuntos, nosotros tenemos que prepararnos para la ceremonia.
_ Qué de lo que te dije la última vez no te quedó claro Elena?. Me parece que fui muy específico cuando te dije que Eden era mi esposa.
_ Amor escucha...
_ Basta!. No sé cuál es el juego de ustedes dos pero lamento decirles que sea lo que hayan planeado, no les funcionará.
_ Hijo Eden y tú aún no se han casado, fuiste tú mismo el que me dijo que te querías casar con Elena, ustedes tienen algo especial y yo no pienso destruir su relación.
_ Dije que podría hacer un acuerdo con ella más no que ella significa algo especial para mí, no trates de cambiar las cosas para hacerme quedar mal con mi esposa y para que quede claro, Elena y yo no tenemos ninguna relación.
_ Amor pero nuestros encuentros y todo lo que compartimos, no significa nada para ti? Que te ha hecho está bruja?.
_ Cuida tus palabras y tu tono, yo no soy ninguna bruja. No te conozco ni quiero conocerte pero creo que mi esposo ya ha sido muy claro contigo.
_ De que hablas Eden? Mi hijo y tú solo estaban comprometidos pero podemos ponerle fin a esto.
_ En eso te equivocas padre.
_ Qué estás tratando de decir Max?
_ Que Eden si es mi esposa y no solo de palabra. Ella y yo nos casamos al siguiente día de que nos despedimos de tí.
_ QUÉ MIERDA ESTAS DICIENDO MAXIMILIANO?!. - Escucho a Maximiliano y no puedo creer lo que dice. Ellos se casaron?.
_ Así como lo escuchas; solo vine aqui para avisarte.
_ Ustedes no pueden casarse, no puedes sin mi consentimiento así lo dice el testamento.
_ Tú consentimiento lo tenía precisamente cuando me case, que ahora cambies de opinión ya no es mi problema.
_ No me tomes por estúpido Maximiliano.
_ No lo hago, ya lo eres. Crees que puedes venir y decidir por mi vida? no, no puedes y no te lo permitiré. Sabía que ibas a hacer algo, lo supe esa noche que te pusiste como un troglodita.
_ No puedes hacer esto.
_ Porsupuesto que puedo y ya lo hice. Eden y yo somos oficialmente marido y mujer; ella me importa y mucho y no voy a dejar que tus desquiciadas ideas la alejen de mí.
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