En uno de los momentos más intensos Lenet, dejó de tener ese dialogo interno que a todo momento parecía opinar y entrometerse no permitiéndole disfrutar de lo que sucedía. Se centró en lo intenso de tener un hombre en verdad apasionado, deseándola, no reprimiendo nada de cuánto él quería disfrutar con ella. Ella el objeto de su deseo total. Y él la razón de su pasión. En verdad quería disfrutar como él lo que sucedía. Apretó los ojos al sentir que sus labios una vez más buscaban sus pezones hechos una perla, mientras con fuerza con un brazo apretaba su cintura y su otra mano halaba de sus cabellos. Él estaba sentado sobre la cama con ella sobre él. Sentía su m*****o dentro de ella muy profundamente, cada movimiento oscilante rudo contra ella.
Lenet no quiso preguntarse más por esa noche
