—¿Tú acudiste a mí cuando eso sucedió la última vez?
—No puedo cambiar a lo que fuiste llamado, pero intervine porque nuestro acuerdo sigue en pie. Esta tierra será para tu resguardo porque guarda conexiones con fuerzas que me obedecen.
—No recuerdo claramente qué sucedió. ¿Estaba muerto?
—Tu espíritu muy lejos de ti, buscando la puerta de oro. Pero no puedes irte Rǎzvan hasta que compruebes que el legado de tu padre cesó en ti. La tierra regeneró tus lesiones y cuando tu espíritu busco su lugar halló en ti cómo quedarse. Tu cuerpo latente es segregación de la madre y viene a un reino donde las sombras y la luz siempre mantienen un juego constante, uno donde ambas toman sensaciones, aspiraciones, formas y colores. La experiencia de ser un hombre o mujer, es un teatro donde todo el tiem
