Evan La mañana es bastante fría y aunque no debo hacerlo, miro a Leilah vestirse, asegurándome que se coloque ropa abrigada para salir al aeropuerto. —¿Cómo te vas? —digo mientras coloco mi bufanda, la misma que ella me regaló la noche anterior y que ahora mira con una pequeña sonrisa—. Leilah… Tengo ganas de preguntarle "¿te gusta lo que ves?", porque es obvia la respuesta que me dará, pero eso daría pie a caer nuevamente en la cama y por ende, retrasar su salida. —En media hora debo estar en el aeropuerto —dice de manera escueta, tratando de ocultar su sonrojo con una pantalla de cabello. Toma su maleta y presuroso me acerco a ella, tomándola de su mano y comenzando a bajar las escaleras sin decir nada más. La escucho llamar por su celular y aprieto los labios en una fina línea.