Apenas despierto, veo a Leilah dormir en una posición extraña y me río bajito, tratando de no despertarla. Debe estar muy exhausta y es normal que su cuerpo quiera desconectarse otro rato más. Me entretengo con mi celular y leo un mensaje de Peter, diciendo: "¿Cómo amaneces? Seguramente una cama que no es tuya, ¿me equivoco?" Resoplo y tecleo una respuesta evasiva, deseándole un buen viaje y esperando que consiga esa beca que tanto desea, luego me pongo a jugar Candy Crush un rato, sintiendo que me estanco en un maldito nivel que comienza a exasperarme. —Maldito juego —digo entre dientes, antes de notar algo en el buró que llama mi atención. Son pequeñas hojas con temas, seguramente Leilah estaba buscando uno interesante para su tesis, y aunque me siento algo entusiasmado por saber cu