Veo la puerta con el número 12 y sé que ya debe estar allí. No sé por qué he retrasado mi llegada un poco… o en realidad sí lo sé, quiero que se sienta en confianza para lo que es una experiencia nueva para ella; que no vaya a dejarme con una erección enorme y sin siquiera poder descargarme. Tomo aire y entro a la habitación envuelta en penumbras, algo que me hace sonreír de medio lado porque su miedo y nerviosismo me causa satisfacción. No puedo evitar pensar en que nunca he estado con una mujer virgen y quiero probar por fin si es tan maravilloso como cuentan. Mi primera relación s****l fue hace mucho tiempo y con una chica bastante experimentada, no sé lo que se siente hacer sentir placer a alguien sin experiencia alguna… pero eso acabará hoy. Hay tanto silencio, que incluso el son