Un mes antes... Paco apuraba el guiso. La mayoría de los días hacía jornada partida y se quedaba comer en el trabajo, pero el día que tocaban costillas guisadas con habichuelas no perdonaba. Volvía aunque eso le supusiera apenas estar media hora en casa. — ¿Esta tarde vas al Pilates? — le preguntó a Bárbara . — Sí, no te creas que hoy me apetece mucho pero es que no quiero dejar colgada la Patri, que si no voy yo, no se anima. — ¿Pero no fue el otro día? — Sí, se estrenó el martes, pero ya sabes que los primeros días está una muy oxidada y si no hay quien te achuche, no cuajas. Venía bastante desmoralizada. — Pues tiene pinta de ser flexible ¿no se le daba bien estirarse? — Para Paco, que te veo venir: ahora seguro que llega el chiste — A ver, que tampoco soy tan malo, lo único que