A la mañana siguiente, Hannia, observa a Antonio dentro del coche. — ¿Que qué tal? — le empuja a definirse sobre lo que acaba de suceder. Hace tan solo unos instantes han dejado a Gloria en su casa después de desayunar juntos. Ahora tocan tareas más prosaicas cómo ir a comprar al Mercadona, su rutina del sábado por la mañana. Pero antes, Hannia quiere disipar dudas y aclarar cosas, como por ejemplo, que opina Antonio de todo lo que han vivido esa noche y sobre todo si está dispuesto a repetir. — Bueno, bien — responde él casi evitando su mirada. — ¿Bien de circunstancias o bien, bien? A mí me ha parecido que bien, bien. Yo creo que lo has disfrutado. A su novio parece que le cuesta reconocerlo pero no le queda más remedio, sería absurdo negar que esa noche se lo ha pasado bomba, al me