Katherine: Una vez las cosas eran tal y como en mi sueño. En el comedor las mesas estaban alineadas y sin un techo. Cada mesa era para un dios diferente. En el medio estaba la gran fogata donde teníamos que rendir culto a nuestros padres divinos. Peter fue el primero en llegar al comedor, se sentó en su mesa y esperó su plato. Jason se despidió de nosotros y fue a su mesa también a esperar su comida. Niko y yo caminamos hasta nuestra mesa negra excluida de las demás. Me serví una pizza de Pepperoni y me acordé de algo que había olvidado por completo en todo el día. —¡¡Niko!! — grité. El soltó su pizza y me miró furioso. —¿Y ahora qué? —¡¡Dani!! ¿Dónde está? – pregunté nerviosa. —Debe seguir en la enfermería. – luego me ignoró y le dio un bocado a su pizza. Salí del comedor y corr