El me tiende su brazo y me lleva dentro de la fiesta, mi padre lo saluda y pregunta si todo está bien. - Si su Majestad, la princesa estaba en los jardines y ayude a regresar dentro, pues el pesado vestido complica su caminar. - Gracias Johan, valla a beber algo, coma, por favor. Mi padre es muy amable con sus hombres, pues sabe que ellos entregarían su vida por nosotros, fieles caballeros. Damian me observa molesto desde uno de los rincones de la sala, no se que querría decirme, pero no voy a caer en sus mentiras, no deseo saber nada en absoluto de el. La fiesta llega a su fin, los invitados se despiden, ya es de madrugada, voy hacia mi habitación, al llegar las doncellas me ayudan a quitarme este vestido que ahora ahoga mi cintura, me doy un baño y voy a la cama, el sueño se apodera