Al día siguiente por la mañana le digo a mi madre que un fuerte dolor de estómago me invade, ella piensa que quizá estoy en mis días malos así que envía un te para mi, y una infusión.
- Bien, descansa le diré a tu hermano que no irás a la cabalgata.
- Gracias madre, perdón.
Después de unos minutos que mi madre se va, me siento en la cama, abrazada a mis rodillas, entran a mi habitación, es mi padre.
El parece preocupado, y me siento mal por el, pues no puedo decirle realmente lo que me sucede.
-Que sucede mi pequeña.
- nada padre, yo sólo necesito descanzar.
- Bien, aquí me quedaré a tu lado.
- No te preocupes padre, ve a disfrutar a Alexis, de verdad yo estaré bien en un rato.
Mi padre sin muchos ánimos de irse, va a ver a mi hermano, pues sabe que son pocos los dias que podra ve
