Para no causar inconvenientes con los tres Alfas del siglo XVI, Nora optó por usar un vestido largo y moderno, pero lo suficientemente modesto para no causar revuelo. Lo había comprado ese mismo día con la tarjeta de crédito de Ronan, aprovechando que él era quien pagaba todo a sus ancestros. El vestido que estaba usando era una prenda exquisita, con un delicado estampado floral que evocaba la frescura de la primavera. Los tonos suaves de las flores contrastaban armoniosamente con el fondo del tejido, creando un efecto visual elegante y sofisticado. El escote, cuidadosamente diseñado, dejaba entrever justo lo necesario de piel, insinuando sin revelar demasiado. Sobre el vestido, Nora se colocó un abrigo tejido de color amarillo pálido, que añadía una capa de calidez y refinamiento al con