Las cejas de Harrington se elevaron con sorpresa y fascinación. Sin perder un instante, formuló su siguiente pregunta: —¿Era una sola mujer? ¿Joven o mayor? —Su tono intentaba disimular una curiosidad que iba más allá de lo normal, era como si supiera más de lo que quería demostrar. Las hermanas intercambiaron una mirada llena de duda antes de volver su atención al capitán. Julia continuó con su relato: —Era una sola mujer, padre. Sorprendentemente, idéntica a mi hermana y a mí. Al parecer, en el futuro existirá alguien con nuestros rasgos. Ante esta revelación, Harrington se reclinó en su asiento, con su mente trabajando a toda velocidad. Sus ojos se movían de un lado a otro, evidenciando el mar tempestuoso de pensamientos que cruzaban por su cabeza. —Entiendo... —murmuró, más para s