Wailani Mi mirada se detiene en los finos encajes del vestido blanco frente a mí, paso una mano sobre las hermosas piedrecillas que decoran el escote pronunciado, lo que me hace sonreír al ver la magnitud de dicho diseño. En definitiva, la abuela se había excedido con eso, jamás se me pasó por la mente que llegaría el día en que utilizaría un vestido de novia estilo princesa, con una falda muy amplia que incluso me hacía cuestionarme de cómo carajos iba a ser capaz para caminar con él; aquel vestido contaba con todas las extravagancias que hacían lucirlo casi de la realeza. Un lento y doloroso suspiro abandona mis labios en cuanto mi mirada se encuentra con el triste reflejo de mi rostro en el espejo. La palidez de mi piel resalta su textura delgada e incluso hasta rasposa, aquella cán