Erick
Maldita sea.
Justo cuando había decidido cumplir con la última voluntad de mi abuelo, termino por darme cuenta de que la chica que me movía el piso está saliendo con otro tipo, y, como si fuera poco, mucho más atractivo de lo que podría serlo yo.
¿En qué momento había ocurrido eso? Si cuando la conocí en el hospital, su padre nos contó que ambas chicas eran solteras, lo que hizo que me emocionara la idea de acercarme a ella en busca de algo más.
Hago una mueca mientras me concentro en la enorme copa de helado frente a mí, incapaz de concentrarme en algo más que no fuese el buscar una manera de tener a esa hermosa pelirroja conmigo; pues, de algo estaba seguro, si tendría que casarme con alguien, tenía que ser con ella. Jamás había conocido a una chica tan adorable, hermosa, del
