Los murmullos y las miradas en el club pasaron a segundo plano al James pronunciar aquellas palabras. La noche era joven y aquel orgasmo que había hecho el cuerpo de Kristen temblar, era solo el comienzo de algo mucho más alucinante. James guio a Kristen hasta una de las habitaciones en luz roja, no necesitó preguntar, dentro de ese lugar, él era como un pez en el agua, o mejor aún, como un tiburón en el Caribe. Kristen ingresó a la habitación y de inmediato comenzó a analizar el lugar, con una mirada curiosa mezclada con morbosidad, observó la cama cubierta por sabanas de seda roja. Un muro donde se exhibían aparatos que ella solo había visto en las películas, como esposas, látigos, collares y muchos otros que no lograba identificar y que no tenía la mínima idea de cómo se utilizaban. L