Federico. —¿Cómo te fue en el trabajo?. —Bien... Tengo una semana libre. —¿De verdad?. —dice sonriendo. —Sip... Como no me tomé los días de descanso me los dan ahora ¿Y sabes cuál es la cereza de la torta?. —¿Cuál?. —la abrazo y ella se ríe—. ¿Puedo adivinar?. —A ver que es lo que piensas. —Que me puedes ayudar a hacer unos arreglos en los muebles y correr las cosas de lugar. —Si, lo hacemos obviamente pero en realidad la cereza de la torta es que hoy cobro. —levanta las cejas porque hablo muy alegre—. Vamos a ir al banco y vamos a ver cual es nuestra suerte de ahora y el resto del mes. —Escúchame algo. —me apunta con su dedo flaco y super delicado—. Nada de volverse loco he. _¿De qué forma me volvería loco? —la alzo en brazos dando unas vueltas. —Aaa nooo. —se ríe escondi