Después de que eso sucedió, me apresuré a salir sin permitirle que dijera una palabra más. Estuve conteniendo la respiración durante todo ese intercambio, mis nervios se apoderaron de mí. Encontré mi tarjeta llave real en mi bolsillo, lo que significa que, para empezar, nunca la dejé caer. No entiendo por qué se enojó tanto conmigo por un error que el cometió. Dejó caer su tarjeta y me la entregó pensando que era mía, ¿Yo tengo la culpa? Sí, no lo pensé dos veces cuando leí un número diferente al que me dieron, pero no me di cuenta de que era un número diferente. No pude entrar en mi habitación real lo suficientemente rápido, cerrando la puerta de golpe, encerrándome y apoyándome en ella sin aliento. Recuerdo que cerré los ojos y puse mi cabeza entre mis manos, toda esa experiencia destr