—¡Muchachos! ¡Suban al escenario!— Escuché a Sal gritar desde el final del pasillo, el alivio me inundó. Probablemente ni siquiera podía verme parada en medio de este grupo. Me sentí como si estuviera en primaria en medio de un montón de matones, pero mucho peor. —Será mejor que te vayas.— Nick dice en voz baja, dándome una media sonrisa antes de que tres de ellos se den la vuelta y empiecen a alejarse. —Nick ... ¿puedes darme mi teléfono por favor? —Susurro, sabiendo que aún no me lo ha devuelto. Estaba tan nerviosa por hablar y me odio por eso. Se da la vuelta para mirarme mientras camina hacia atrás hacia el escenario. —Ya lo hice.— Él sonríe, frunciendo las cejas. Mis manos se deslizan hacia mis jeans de nuevo, yendo a sentir mi bolsillo trasero hasta donde agarré un objeto.