—Y si esta persona tampoco tiene el dinero, el gobierno subvencionará con el dinero en la casa de esa persona. Quitándole la casa—. Un pensamiento sobre Winnie y mi abuela pasó por mi cabeza. Me dolía el estómago al pensar en que me quitaran la casa por mi culpa. No tendrían adónde ir, no tenemos otra familia. —¿Pero sabes qué tiene de gracioso todo esto? —Continúa en tono tranquilo. No podía soportar decir una palabra. —Encontré el palo de la paleta que arrojaste al suelo. Pensé que mi mente me estaba jugando una broma pasada porque ¿Qué tan estúpida tendrías que ser para dejar algo con tu ADN y huellas dactilares en la escena del crimen?— Mi corazón se hundió en mi estómago tormentoso, mis ojos se abrieron como platos. —T-Tus huellas están en eso también.— Susurro con clarida