—Shh ... mi abuela esta dormida —Susurro mientras besaba mi cuello en la entrada, agarrando mis caderas mientras trataba de quitarme las zapatillas. —Soy muy silencioso —Me sonríe, besando mis labios lo que me hizo sonreír. Pasé mis manos por su cabello, agarrándolo suavemente mientras nuestros labios se deslizan juntos. Cerré la puerta detrás de mí, él se quitó los zapatos mientras mantenía sus labios en los míos. Lo llevo por el pasillo de la casa de un piso, afortunadamente la alfombra de pelo largo de los años ochenta mantuvo nuestros pasos en silencio. Nos besamos todo el camino hasta mi habitación, su espalda cerró la puerta detrás de nosotros. Mis manos sacaron su chaqueta azul de hombre de letras, sus dedos desabrocharon mi cinturón. Nuestros movimientos se hicieron cada vez más