AÑORANZA EN LA BRUMA

La brisa de esa mañana traía un olor conocido; todo su cuerpo se estremeció al recordar como en una mañana igual se entregó a él, su primer amor. Sentada en la cubierta del barco de pesca que había sido de su padre, reflexionaba como le había cambiado la vida en un instante. Unos días antes de la tragedia era una mujer enamorada, con un futuro prometedor, ella siendo la hija de un pescador había logrado llegar lejos en la pesquera para la que trabajaba su padre. Quien pensaría que ella una rubia inteligente en los negocios, de grandes ojos azules seria la hija de un pescador de piel curtida por el sol y manos endurecidas por el trabajo duro. A él le debía todo lo que era, y por él estaba dispuesta a acabar con el hombre que creía que amaba. El olor a pescado le recordaba a su padre, en su interior crecía cada vez más el rencor y las ganas de tomar venganza, ahí en la misma cubierta donde había consumado su amor, juraba por la memoria de su padre tomar venganza y hacer pagar a todos los que habían causado su muerte. -Buenos días Artur, ya estamos listos para la reunión- ese día estaba mas guapo que de costumbre, solo verlo le hacía palpitar el corazón, pero no sabia si de odio o amor hacia él. – iré en un minuto Emily- el le dedico una sonrisa antes de ir a su oficina, esa misma sonrisa que había visto el primer día que llego a la pesquera y que la había cautivado, la sentía como una espina en el corazón, Artur era apuesto, caballeroso, romántico, todo lo que una mujer sueña.  La reunión con los socios era importante, nombraría al nuevo gerente de la sucursal del Atlántico. Uno a uno fue llegando todos los candidatos, excelentes profesionales con larga trayectoria, hijos de los socios. ¿Como ella competiría contra ellos sin tener el apoyo de ningún socio?, tenía que ser la gerente para lograr descubrir que había pasado con su padre. Fue al tocador se arregló el maquillaje, respiro profundo, estaba dispuesta a correr todos los riesgos con tal de saber la verdad. -Querida Emily, buena suerte- ese perfume, Gucci, así le dijo que se llamaba cuando la conoció, ¿por qué la perturbaba?, la ponía nerviosa, que había en ella que le atraía. -buenos días Antonia- Antonia se veía espectacular en su vestido n***o, entallaba su figura y resaltaba sus pechos, su cabellera negra estaba recogida y dejaba ver su rostro, aquellos ojos negros la miraron como si la desnudaran, se sintió excitada con ganas de acariciar sus pechos y besar esos labios rojos que la invitaban a pecar, no entendía porque tenía esa atracción por Antonia si ella amaba a Artur, después de todo se había entregado a él. Antonia era la hermanastra de Artur, pero no se soportaban.