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Cronicas de Hansel

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intro-logo
Blurb

Joseph Hansel es un periodista y escritor que decide ir en un viaje junto al hombre que le salvo la vida, Agror, quien es nada mas y nada menos que uno de los cinco grandes señores que gobiernan este mundo. durante sus aventuras Joseph espera poder saber mas sobre el estilo de vida de un señor, que los motiva y porque existen en primer lugar, pues nadie sabe de donde salieron ni mucho menos cuanto tiempo tienen.

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En el Barco
Era una tarde cálida de esas pocas que el invierno permite, donde se puede sentir la humedad creciente y se puede utilizar ropa ligera, y es precisamente de esa manera que salimos. Ella su puso un vestido color coral que resaltaba su delgada figura, sus zapatillas de punta y un paño blanco que recogía su castaño cabello corto, esa cicatriz en su mejilla poco le restaba belleza a su rostro, y cuando sonreía era indetectable cualquier indicio de tristeza a su alrededor. Los niños corrían de un lado al otro, una pequeña de piel morena corría detrás de dos una pequeña mariposa imitando su vuelo con sus brazos, mientras que un niño poco mayor a ella la seguía de cerca preocupado de se alejara mucho. Ella con un vestido igual al de su madre pero su cabello suelto, y el llevaba unos pantaloncillos y una franela blanca de mangas cortas, a lo lejos se poda ver el cielo despejado mostrando claramente el anillo de rocas que da vueltas alrededor del mundo, y a lo lejos las montañas que pareciera compiten por llegar a las mismas alturas. El camino a casa era largo, pero la pradera y su belleza eran suficiente para entretenernos en nuestro viaje de regreso, yo cargaba con las bolsas y escuchaba atentamente a mi esposa hablando sobre como los niños se metían en diferentes problemas en el vecindario, problemas en la escuela, el alquiler y esos temas que son comunes entre pareja, pero de repente…   CRÓNICAS DE HANSEL   El sonido estrepitoso de los truenos vino justo antes de que se despertara de golpe, y al mismo tiempo la puerta del camarote se abrió, junto con la lluvia entro un hombre barbudo de cabello largo que vestía harapos y estaba empapado completamente. Cerro la puerta tras de sí y la luz de las velas retomo el poder sobre la habitación. Se quitó su chaleco y su camisa y tomo un paño seco que colgaba en la perchero –lamento interrumpir tu sueño reparador, pero mientras dormías los hombres estaban trabajando- dijo en tono sarcástico - ¿Qué tal el “beso” del poste? –pregunto al hombre sobre la cama. -muy chistoso, Agror- respondió visiblemente molesto por sus comentarios al mismo tiempo que toco su cabeza, su parte superior estaba envuelta en vendas y comenzó a sentirse mareado una vez más – ¿cómo se está Find? ¿Está herida? – pregunto al tiempo que se sentaba en la cama. -ella está bien- respondió Agror mientras tomaba una botella de agua de la mesa junto a la cama- esa chica es más fuerte que tú, si hasta te trajo aquí y se vendo, suertudo el humano que se gane su amor...- dijo antes de tomar un trago, Agror se sentó junto a la cama y se quitó sus botas empapadas totalmente dispuesto a descansar. El movimiento del barco era fuerte y se podían oír los golpes de las olas contra el costado de la nave.  -¿cuánto tiempo estuve inconsciente?- pregunto seriamente – solo unas pocas horas amigo mío, deberías descansar un poco más- pero antes de terminar de hablar Joseph estaba colocándose sus botas de cuero, se puso de pie y tomo su abrigo de cuero teñido de rojo y un paño para cubrir su cabeza –todavía hay mucho que hacer antes de llegar a la isla, y si queremos llegar vivos todos debemos hacer nuestra parte- le reclamo a Agror que ya se había recostado y cerrado los ojos. -hablas como si fuéramos a morir, si mal no recuerdo esta es la primera vez que navegas en mar abierto, así que porque tienes tanto miedo, no olvides que yo estoy aquí- dijo al tiempo que una sonrisa se dibujó en su rostro. Parecía que el violento tambaleo del barco no le afectaba en lo absoluto, Joseph sintió algo de envida pero no cambio de idea y salió hacia la cubierta. La escena ante sus ojo era algo que solo existía en su imaginación, personas tirando cuerdas, moviéndose de un lado a otro con pesados barriles y gritos de ordenes por todas partes, todos se movían con gran destreza, como si el tambaleo del barco solo fuera parte de un baile extraño al que ya estaban acostumbrados, pero por su mente jamás pensó vivir algo así, y menos en una tormenta como esta, la sensación de peligro era constante pero su emoción era aun mayor –señor Hansel, es grato ver que sigue con los vivos- escucho a sus espaldas. Una mujer de pies morena y cabello rizado camino hacia él, solo era un poco más alta que él, pero sin duda era fuerte, sus brazos eran robustos y su mirada reflejaba la rudeza de su actitud –normalmente los servicios médicos no van en el paquete que pagó, pero por ser su primera vez en altamar, no le cobrare- dijo en un tono burlón. -gracias capitana- respondió Joseph alzando su tono de voz, debido al rugido del mar –lamento causarle estos inconvenientes, debe haber otra cosa en la que pueda ayudar-  preguntó en un tono casi suplicante. -ya ayudo mucho, y otro amarre se suelta por este viento del demonio no estoy muy segura de que sobreviva a otro golpe así, agror no me contratara de nuevo si su amigo muere durante su primer viaje- dijo mientras recorría la cubierta de la nave supervisando al personal - ¡y si una de esas cosas se suelta y me golpea voy a ponerlos a trabajar con el caparazón puesto el resto del viaje., así que tengan cuidado estúpidos, me oyeron¡- grito a todo pulmón, y recibió un ¡SI CAPITANA¡ en un tono único de parte de todo el personal de cubierta. -con todo respeto, soy responsable de mis propias acciones, y no puedo quedarme sentado sin hacer nada mientras todos trabajan duro para llegar a salvo y sobrevivir a esta tormenta del demonio- Joseph siguió de cerca a la capitana mientras le insistía, aunque le era difícil seguirle el ritmo sin caerse o resbalarse, no quería quedarse sin hacer nada, la ansiedad de saber si llegarían vivos o no hacia que quedarse sin hacer nada le fuera imposible, estaba decidido a ayudar en todo lo que pudiera solo por mantener su cordura. -¿tormenta del demonio? Este no es más que un chubasco, seguro el señor del más está tratando de fanfarronear o intimidar a alguna flota de estúpidos que hizo algo indebido, llegaremos a la isla de jade en 2 días sin ningún problema señor Hansel- respondió la capitana con confianza, -¡OLA DE CINCO METROS A ESTRIBOR¡ un grito de escucho entre el rugir del mar y la capitana corrió hacia el mástil más cercano mientras ordenaba –¡PREPARENSE PARA EL IMPACTO- y unos segundos después el impacto tumbo a Joseph que no pudo encontrar algo a que sujetarse, por suerte para el unas manos lo sujetaron fuerte y no salió disparado del barco junto con el agua que se deslizo por la cubierta. -¡demonios¡- gruño la capitana -que están haciendo esos inútiles en el cuarto de máquinas, necesitamos el caparazón operando ahora mismo- corrió hacia el puente de mando y camino hacia un parlante que estaba junto al timón -¡qué pasa con ustedes allá abajo, que todavía no les llega el agua al cuello o quieren morir ahogados¡- grito furiosa. -¡hacemos todo lo que podemos capitana, pero no tenemos lo necesario para repararlo por completo¡- respondieron del otro lado, se escuchaban algo agitados y la ansiedad de Joseph no hizo más que aumentar –hace un instante prometió que llegaríamos sin problema y ahora dice que moriremos si no lo reparan, esta mujer está loca- pensó mientras veía a la capitana tomar el timón. Cerro sus ojos un instante y busco en su memoria algún libro de mecánica náutica de los muchos que ha leído y le permitiera ayudar a reparar la nave. De niño paso mucho tiempo en la biblioteca de su pueblo y llego al punto de haber leído cada libro que se encontraba en ella, si algún libro que pasase por sus manos podría ayudarlo a salir de este dilema, estaría más que feliz de compartirlo con la capitana. El caparazón es una estructura maciza de metal que va sujeta a tres anillos que rodean el barco completamente, estas normalmente están puestas junto al casco de la nave y solo se levantan para sellar la cubierta de la nave en tiempos de tormenta, pero una ola que arrastraba los restos de una nave la golpeo justo antes de llegar a su máximo tope, quedando atrapada entre las dos partes, causando que varios sistemas se sobrecalentaran y el caparazón cayera a su posición de descanso justo al lado del casco del barco. Revisando en su cabeza cada uno de los libros, rápidamente encontró los planos de una nave muy parecida a esta, una embarcación de tres anillos que van dese la base de la quilla hasta la punta de los tres mástiles, estos sirven de guía y soporte del caparazón y utilizan un sistema hidráulico que carga agua de mar por medio de unas bombas para abrir y cerrar cuando sea necesario, también posee un sistema de almacenamiento de fluidos  en caso de que las bombas fallen y sea necesario sellar el navío, pero una vez que estas se cierren no pueden volverse a abrir, esto debido a que todos los fluidos salen por un mismo ducto hacia el mar para evitar que la presión dañe alguna otra parte del sistema. Para activar este mecanismo de emergencia deben desacoplarse los sistemas mecánicos, cerrar seis válvulas que están dispersas en la parte inferior del barco y activar las palancas de emergencia. -capitana- rápidamente se dispuso a compartir la información – se cómo levantar el caparazón, debo bajar a la bodega inferior y necesito la ayuda de otras seis personas- -aunque me gustaría creer que usted puede sacarnos de esta situación, la bodega inferior está llena de agua, y las bombas al igual que el caparazón están fallando- dijo la capitana mientras luchaba con el timón para mantener el curso –así que  no estoy segura de que logre llegar a donde…- -¡OLA DE  OCHO METROS AL FRENTE¡- los ojos de todos se abrieron amas no poder y el impacto llego empujando la embarcación hacia abajo, muchos hombres salieron disparados por la fuerza del agua hacia el mar y varios “HOMBRE AL AGUA” pudieron oírse. -maestre, encárguese de que todos regresen a esta nave a salvo, nadie morirá mientras yo esté al mando- volteo a ver a Joseph – y usted señor Hansel, espero que de verdad pueda sacarnos de este aprieto, tal vez lo deje dormir en mi camarote si lo logra- soltó con una sonrisa acompañada de un guiño que hizo saltar al joven de conmoción –Rúfus, toma a los más experimentados bucos y sigan al señor Hansel, hagan lo que diga y no se mueran estúpidos. -SI CAPITANA- Rúfus, que era un hombre blanco que medía 1,80mrts y vestía shorts cortos y solo tenía un chaleco sin mangas que mostraba lo fornido que era, tomo los planos del barco y salió junto con Joseph del puente de mando, mientras lo guiaba a la parte inferior de la nave fue llamando a las personas que podrían bucear de ser necesario. Rápidamente les mostró la ubicación de las válvulas, y mientras ellos la buscaban el iría al salón de máquinas a desacoplar los sistemas mecánicos y halar el mismo la palanca. Cada uno corrió en sus respectivas direcciones y Rúfus acompaño a Joseph. Una caldera era a la que daba vida a todo el mecanismo de la nave, pero su fuente de calor era una especie de roca cuya luz purpura iluminaba toda la habitación –maestre Rúfus, le juro que estamos haciendo todo lo posible por arrancar los mecanismos, pero no entiendo que fue lo que el impacto pudo dañar tanto, y con toda esta agua…- los hombres parecían alterados y a la vez frustrados, sabían que todos morirían si no podían reparar lo que sea que estuviese fallando. -no es su culpa- espeto Joseph con un tono de comprensión –el mecanismo de estas naves es de hace casi 30 años, no podrán saber que está dañado hasta hacer una revisión completa en el muelle- al decir esto los hombres quedaron impactados al oír eso, como si todos sus esfuerzos hasta ahora no hubieran servido de nada –pero todavía hay una cosa que podemos hacer- rápidamente se dirigió a una pared y observo unos cuantos cristales de diferentes colores que estaban ubicados en un complejo esquema que representaba el mecanismo y las tuberías del barco, rápidamente encontró los seis que buscaba y estos estaban cambiando e color purpura a uno amarillo -necesito que ubiquen el mecanismo del caparazón y me ayuden a desacoplarlo- dijo rápidamente a los mecánicos. -y de que servirá eso, ya estamos muertos- dijo uno que callo de rodillas mientras trataba de aguantar el llanto, Rúfus se acercó a él y le coloco la mano en su hombro –lo haremos porque todavía podemos hacerlo, y en esta nave nadie se rinde sin darlo todo- le respondió al hombre al tiempo que alzo su vista a los demás –este hombre solo es nuestro pasajero y está tratando de ayudar, como podrán ver a la capitana a los ojos si ustedes que tienen años trabajando aquí se rindieron antes que este sujeto que nunca se había embarcado hasta ahora, así que hagan lo que él diga y esperemos que sea suficiente para engañar a la muerte una vez más- Al oír sus palabras los mecánicos gritaron, tomaron sus herramientas y comenzaron a trabajar,  a Joseph le fue impresionante ver como Rúfus levantaba la moral con unas cuantas palabras, mientras él seguía observando las luces que iban cambiando de a poco. Dos, tres, cuatro luces ya estaban en amarillo, y los mecánicos ya estaban a la mitad del trabajo, solo hacía falta una más, pero de repente un golpe hizo que el barco se inclinara y todos cayeran al suelo, el agua entro por las escaleras y la habitación se llenó rápidamente, todos salieron de la habitación lo más rápido que podían y el barco de a poco volvió a su inclinación normal -¡maldición, ya no se puede trabajar allí abajo¡- se lamentó uno de los mecánicos que golpeo la pared –sin las bombas trabajando ya no hay forma, otro golpe de agua como ese y esta cosa se ira al fondo del mar. Joseph que apenas estaba logrando agarrar aire nuevamente los miro a todos y trato de no entrar en pánico, se acercó al hombre que parecía ser el jefe de los mecánicos –por favor, dime que lograron desacoplar los sistemas mecánicos del caparazón- pregunto a duras penas y jadeante. -claro que sí, pero ya no vale de nada, no sé qué intentar hacer pero allá abajo ya no se puede trabajar- el hombre parecía abatido, como si estuviese viendo el principio del final. Aun así, Joseph tomo aire y se sumergió nuevamente hacia el cuarto de máquinas. El hombre trato de ir tras el para evitar se fuese pero Rúfus lo detuvo –déjalo que haga lo que cree correcto, ustedes suban a ayudar arriba y traten  a los heridos. Rápidamente pudo llegar hacia el esquema del barco y vio que las seis luces que tanto veía estaban en amarillo, se apresuró a andar hacia donde estaba una palanca a unos cinco metros de donde él se encontraba, apoyo sus pies sobre unos tubos y halo con todas sus fuerzas, inmediatamente una vibración recorrió el vital líquido que lo rodeaba, era la señal de movimiento a alta presión que estaba ocurriendo mecánicamente, el caparazón se estaba levantando. Sintiendo que perdía el aire nado lo más rápido que pudo pero ya el aire de sus pulmones buscaba la forma de salir, no lo pudo evitar por mucho tiempo y al mismo tiempo que sus pulmones se vaciaron estos buscaron la forma de llenarse de aire nuevamente, y ya las fuerzas para nadar lo estaban abandonando, hasta que una mano tomo la suya y lo halo rápidamente fuera del cuarto de máquinas, mientras tosía el agua que aspiro vio la familiar figura de Agror que lo miraba de forma burlona. -no podías solo sentarte y esperar cierto, tenías que ir a buscar morir por tu cuenta mi s*****a amigo- dijo al tiempo que ofrecía su mano para ayudarle a ponerse de pie, este la tomo y se incorporó nuevamente, jadeante del agotamiento y se dispuso a subir a cubierta nuevamente, pero otra ola golpeo la nave y una gran cantidad de agua entro, esta vez no se detenía y el pánico se apodero de todos dentro. -¿Qué no subió el caparazón?- pregunto sorprendido Joseph, el impacto ante esto lo dejo paralizado, no podía creer que todos los esfuerzos y su trabajo hubieran sido en vano. -no te preocupes, no moriremos aquí, eso te lo aseguro- Agror dijo con una sonrisa en su rostro. Estaba muy tranquilo, como si lo que pasaba a su alrededor no fuera algo real, y apoyado a Joseph camino poco a poco hasta las escaleras por donde el agua bajaba cual cascada, y viendo como la gente comenzaba a pedirle a sus dioses que se apiadaran de ellos. Justo antes de llegar a la base de las escaleras hubo otro empujón repentino, uno más fuerte, esta vez todos chocaron sus cuerpo contra el suelo y el barco se inclinó con su proa levantada en dirección al cielo, y luego una fuerza aun mayor sacudió a todos, y antes de darse cuenta, el agua dejo de caer por las escaleras. Joseph se puso de pie y rápidamente salió hacia a cubierta principal y lo primero que vio fueron dos gigantescas serpientes de mar, sus escamas era de un tono azul rey con unas que otras que formaban patrones en rojo, verde y dorado, justo detrás de su cabeza. Sobre sus cráneos había una especie de asiento sobre la cual una especie de jinete con un traje similar al de buceo estaba tranquilamente sentado vislumbrando a toda la tripulación de la nave, sus trajes eran gruesos y en la parte del cuello tenían una especie de piel abrigad blanca y el color de sus trajes eran de tonos verdes y azul claros, fáciles de ver en la oscuridad –lamentamos la demora, estamos trabajando a nuestra máxima capacidad para salvar todos los navíos posibles de esta tormenta- dijo uno de los jinetes que se quitó el casco para mostrar su cabello blanco que estaba recogido, tenía su piel canela y ojos amarillos que luego de unos segundos se volvieron castaños. -por favor hagan un recuento rápido de su tripulación, cuantos faltan y prepárense para marcharnos, los arrastraremos fuera de la tormenta- dijo el segundo con un tono de voz grueso y firme, dando a entender que estaba al mando, este último no se quitó el casco pero se notaba que era un hombre delgado de piel totalmente blanca –¿quién es su capitana?- pregunto alzando la voz. -estoy aquí- la capitana salió del puente de mando empapada y estrujando un pedazo de tela que resulto ser su sombrero –ya estaba empezando a creer que nunca llegarían lentejuelas, un poco más y hubiesen sacado un barco de c*******s del lecho marino- estaba visiblemente molesta, y a la vez aliviada, pero su orgullo no le permitía dar las gracias a sus salvadores frente a su tripulación -¿muy bien basura flotante, ya escucharon a los jinetes marinos, revisen las amarras, suban la velas, auxilien a los heridos y vayan a pescar a los que se cayeron por la borda, quedan nueve y nos vamos. -y dicen que la policía siempre llega tarde- Agror apareció detrás de Joseph y comenzó a saludar a los jinetes, la mujer le saludo con una sonrisa antes de ponerse el casco, mientras que el hombre  solo se dio vuelta –Petter siempre tan galante, ¿no es un amor’- -así que estos son los jinetes marinos- dijo Joseph con una mirada muy curiosa en sus ojos que no dejaban de ver a las grandes serpientes marinas. -guardianes del mar y todas sus criaturas, nadie navega sin su permiso, atacaros es ofender al mismísimo señor de los mares, todo un genial grupo de colegialas que se creen muy importantes- dijo Agror mientras puso su brazo alrededor del cuello de Joseph –pero con el tiempo aprendes a tenerles cariño, ¿tú te encuentras bien amigo mío?- -solo un poco confundido, no entiendo porque el caparazón no subió, pensé que había seguido los pasos correctamente- estaba un poco pensativo y su rostro dibujo un ceño fruncido que mostraba su disgusto. - claro que subieron, solo que la presión de las cámaras de almacenamiento no era suficiente y solo las levanto a la mitad- ambos voltearon para ver a una mujer con pelo corto en punta subiendo por el costado del barco mientras cargaba a cuatro personas en su espalda –tengo meses diciéndole a la capitana que necesitamos llevar la nave a un astillero para reparación completa, pero insiste en creer en la palabra de esos idiotas que solo saben encender las gemas de calor de la caldera y se sienten especiales por eso- -fuertes palabras señorita- dijo Agror mientras la ayudaba a bajar a las personas hacia el suelo- pero tienes razón, hablare con ella más tarde y la convenceré de seguir los consejos que amablemente le dan su tripulación señorita Find- -por cierto Joseph, muchas gracias por lo de antes, pero no vuelvas a hacerlo, no me gusta deber favores- dijo en un tono frió. -pues no me agradezcas, yo creo que estamos a mano, dijo mientras se tocaba la cabeza solo para percatarse que su vendaje ya no estaba y en su lugar la sangre salía de su cabeza, cuando se sumergió al cuarto de máquinas este se aflojo, y por ende, una gran herida se veía en su frente, justo sobre su ojo derecho –mierda, como duele. -deberías colocarle otro Find, todavía falta un tiempo para llegar a la isla de jade- sugirió Agror –eso me recuerda ¡hey Petter, vamos en camino al puerto sin tierra en la isla de jade, las máquinas están muy dañadas, podrían llevarnos, con su ayuda llegaremos en unas tres horas!- grito dirigiéndose a los jinetes.   El jinete llamado Petter se dio vuelta a punto de responderle con una visible molestia, pero al chica se le adelanto –con mucho gusto señor Agror, ya hemos terminado nuestro turno así que no será ningún problema llevarlos hacia allá, quedan cinco minutos, por favor apresúrense- al terminar miro a su compañero que se volvió a sentar dándole la espalda al barco sin decir ni una sola palabra. -ser yo tiene ciertos privilegios- dijo Agror quien de repente se puso serio –te recuerdo que fuiste tú quien me pidió acompañarme en mis viajes para escribir de mi vida, pero si mueres haciendo estas estupideces no cumplirás tu objetivo Joseph, ten más cuidado por favor. Ciertamente no esperaba oír esas palabras, no sabía si de verdad estaba preocupado o si solo era apariencia, si algo le había enseñado la vida era a no confiar nunca en un gran señor, pero tenía una sensación diferente al tratar con Agror, el señor que le gano a la muerte y no conoce el tiempo, por ello decidió saber realmente quien era y como se convirtió en lo que es hoy día. -¡señores jinetes, ay estamos listos para partir!- dijo la capitana a todo pulmón. -bien, sujétense fuerte- dijo Petter sin siquiera voltear, pero su voz se escuchó claramente. El casco de los jinetes envolvió su rostro totalmente e inclinándose hacia abajo las serpientes se sumergieron en el tormentoso mar, y casi al instante la nave comenzó a moverse mucho más rápido de lo que podía hacerlo con la marcha máxima de los motores, esto a Joseph le pareció interesante. -Agror, ¿dijiste que llegaremos en tres horas? ¿es eso posible?- pregunto un tanto impresionado Joseph. -claro que lo decía en serio, quizás me equivoque por un margen de veinte minutos, pero según mis cálculos, con la velocidad de las serpientes de mar estaremos allí en ese tiempo, ahora si puedes descansar muchacho- al terminar de hablar Agror se dirigió al puente de mando al tiempo que la capitana gritaba órdenes a su tripulación. -no es mala idea, vamos a ponerte otra venda y descansa un poco, fue mucho esfuerzo el de hoy para un flacucho como tú- dijo Find quien se adelantó a los camarotes. Joseph la siguió y luego de coloco el vendaje para salir de la cabina a buscarle comida. Al estar solo Joseph busco en su bolso un libro con cubierta de piel negra donde citaba “crónicas de aventuras de Joseph Hansel” y se dispuso a escribir.     *Año JX32, mes tercero, dia 5, miércoles* *Ya tenemos dos semanas en el mar y ciertamente era agradable, para ser mi primera vez. Los marineros cantando constantemente, la capitana gritando a todo momento y Agror en un extraño estado de tranquilidad, como si estuviese en las nubes. Todo se fue al carajo esta mañana cuando de la nada una tormenta apareció y sacudió la nave sin piedad alguna, ciertamente esperaba que algo así llegase a suceder, pero no esperaba que este viejo traste estuviese peor preparado de lo que se veía, el caparazón de protección se averió  y las bombas de desagüe se dañaron, lo que es peor, con el golpe de las olas mas y mas agua entraba en la nave sin encontrar salida, y al acumularse solo aumentaban el daño de esta vieja embarcación. Luego de la primera hora las gemas de luz se apagaron y al paso de 5 horas la gema de calor de la caldera se apagó, con este fuerte viento la capitana ordeno soltar velas pero la cosa empeoro cuando, después de insistirle, la capitana ordeno subir el caparazón y una ola trajo consigo una nave que nos impactó directamente, el caparazón nuca pudo cerrarse y eso provoco un calentamiento de los sistemas, sabrán los dioses lo que allí abajo está dañado. Uno de los amarres se soltó y para evitar que golpeara a una marinera me puse en medio, recibiendo un impacto fuerte en mi cabeza, ¿y donde estaba Agror en todo este tiempo se preguntaran? El muy idiota se subió al mástil mayor y comenzó a cantar, como si solo fuera alguna especie de espectáculo del barco. El golpe me noqueo y al despertarme Agror solo entro igual de tranquilo que al principio de este viaje. Recordé como activar el mecanismo del caparazón para evitar morir ahogados y al intentar hacerlo falle debido a una despreciable gestión de la capitana, y un mediocre equipo de mecánicos, por suerte los jinetes del mar llegaron y nos salvaron el trasero. Solo había leído y oído historias de ellos, pero verlos en persona fue algo impresionante, las serpientes marinas superaron con creces mi imaginación y son menos sombrías de lo que los libros describen. Se dice que pueden darle la vuelta al mundo nadando sin parar a descansar y se pueden sumergir a miles de metros bajo la superficie del mar, solo necesitan comer dos o tres veces en un año, claro que al hacerlo se alimentan de un pez del cielo, que es tres veces mas grande que este trasto. Normalmente se describen como criaturas violentas pero verlas siendo domadas por personas es algo impresionantes, y que puedan arrastrar este pesado pedazo de chatarra hasta la isla de jade en tres horas realmente me dejo sin palabras. No sé todavía cuál es el propósito de Agror al viajar a esa isla, pero espero con ansia nuestra llegada, solo tenemos un mes juntos y no lo he visto tan entusiasmado por viajar a ningún lugar. No logro comprender como alguien puede permaneces tan tranquilo ante tales peligros, pero supongo que esas son las ventajas de ser un  gran señor, espero pronto poder descubrir quién es realmente este sujeto tan extraño.

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