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Esclava de tu Lujuria

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Blurb

Ser la hija ilegítima de un reconocido empresario, me ha traído la desgracia a mi vida, ya que mi madrastra quien es la esposa legítima de mi padre, me ve como una amenaza, junto a mi hermanastra quien es mayor que yo dos años.

Se han propuesto a dejar a mi madre y a mí en el abandono. Mi madre cometió el error de no saber que el hombre que la enamoro era casado.

Ahora vivimos marginadas, viviendo pobremente sin poder estudiar ni trabajar porque donde tocamos para que nos den empleo, nos cierran las puertas.

Hasta que un día de la nada esa mujer llego a nosotras, obligándome a casarme con un desconocido, a cambio pagaría el tratamiento de mi madre.

Mi madre se negó, aunque su salud desmejoraba a escondidas de ella acepte lo que esa mujer me ofreció.

Ahora me doy cuenta de que soy parte del engaño, cayendo en las mentiras de mi madrastra. Estoy en las manos de un hombre dominante.

Esta Historia tiene derecho autor registro 2202060423708

No al plagio ni pdf. Historia original

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UN AMOR ENGAÑOSO
Una pareja que es envidiada en la alta sociedad, veinte años de matrimonio sólido, con una preciosa hija, que es una modelo a seguir, la vida no les podía ir mejor, tenían dinero, prestigio, fama sobre todo eran la envidia de cualquiera que los conocía. Aunque dentro de las cuatro paredes todo era diferente a lo que la mayoría se imaginaba. Ana Beatriz una mujer que ha vivido toda su vida en abundancia, gastando y derrochando glamur, lo que su vanidosa mente desea ella lo tiene, al igual su hija quien al cumplir sus quince años hizo la fiesta más grande que cualquiera que ellos hayan conocido. Eso, la sentía de orgullo. Como era costumbre su esposo viajaba una vez a la semana por viajes de negocios, cosa a lo que ella se había acostumbrado, hasta que una noche cuando por casualidad ella se dio cuenta de que su marido tenía una amante. Desde ese momento se dedicó hacer le la vida imposible a Flor, quien hasta ese momento supo que había sido engañada. Flor y su hija siendo una adolescente vivo de fugitiva temiendo que la esposa de Pedro le fuera hacer algún daño a su hija, gasto cada centavo que poseía, no recibió más ayuda de parte de Pedro, por decisión propia. Busco empleos de acorde a su profesión, pero la esposa de Pedro frustro cada uno de ellos, a modo que las orillo a la pobreza y marginándolas de todo. Los días fueron pasando y con ellos la vida se les hizo más difícil, ella se dedicó junto a su hija quien no pudo seguir estudiando, a lavar y planchar ajeno, con eso lograron mantenerse con vida. Cuando Rosalinda cumplió sus quince su madre se esforzó para comprarle un pastel a su desdichada hija, todo iba de mal en peor para ellas. Rosalinda había perdido contacto con los que se suponía eran sus amigos de secundaria, después de ser una joven alegre y amable, se hizo sombría y preocupada. No tenía tiempo en pensar en nada de acorde a su edad, lo único en mente era sobrevivir, un día su madre no se levantó como lo hacía de costumbre para comenzar sus labores. —Madre, es tarde, levántese. —No recibió respuesta— Madre, ¿Qué tiene? De inmediato le toco ella está temblando del frío, eso le extraño, la toco varias veces para que despertara, cuando lo consiguió ella le dice que no se siente bien, había escuchado que en ese sitio había un centro de salud público, la adolescente como pudo la levanto para llevarla. —Madre, haré que te mire un médico. —Hija, solo descansaré estaré bien. —No mami, usted no se ve bien. Flor no quiere darle más dificultades a su inocente hija, se recrimina constantemente de haberse metido con un hombre casado y haber conocido a una mujer tan malvada. Ambas mujeres caminaron hasta llegar a ese sitio, Rosalinda la anoto para ser atendidas, les toco esperar alrededor de tres horas. Cuando fue su turno las dos entraron con el médico. Al ser revisada por el médico de turno, no tenía buenas noticias para ellas, al parecer su madre tiene neumonía, para saber que tipo, le dijo que se hiciera algunos exámenes, le entrego la receta para que comprara medicamento, ya que el centro salud no tenía suministros. Al regresar a casa, Rosalinda hizo el trabajo de su madre de lavar la ropa ajena y planchar, ese día termino agotada, pero había hecho el dinero para los medicamentos y los exámenes. —Hija, no gastes el dinero en mí, ve a comprar la comida. —No se preocupe mami, por hoy nos arreglaremos con lo que hay primero es su salud. —No sabes cuánto lamento todo esto, me siento culpable. —Tranquila mamá, usted no tiene la culpa de haberse enamorado de un desgraciado como él. —No quiero que guardes rencor, eso no es bueno. —Lo odio madre, eso es lo único que puedo hacer. Flor se sentía más miserable al ver que la joven sentía tanto odio, con los medicamentos ella mejor de a poco, pero aún sentía las molestias, los exámenes dictaminaron que ella padecía de neumonía errante. Con el debido tratamiento podría mejorar pronto, pero los medicamentos son de alto costo, más para ellas que Vivían al diario. Ella teniendo apenas diecisiete años se aventuró a buscar empleo, el cual le fue negado por su minoría de edad, desea que los meses pasen pronto para tener su mayoría de edad y poder volver a probar suerte. Su madre cada vez era más lenta tosía demasiado, las fiebres eran constantes, no comía, todo eso le preocupaba. Entre tanto, en casa de Pedro la vida les sonreía, su hija está en la universidad, una chica hermosa e inteligente para la vista de sus padres, aunque Beatriz tiene una vida secreta que sus padres ignoran. Sus idas a casa de sus amigas, son las fiestas nocturnas a las cuales asiste, a los clubs más reconocidos donde solo famosos y personas de dinero asisten. También oculta un amorío con Julián su novio de hace dos años, con quien, a tenido sexo desenfrenado, sus padres ignoran todo eso, para ellos Beatriz es la chica más pura que puede haber, ante ellos es una chica bien portada. Es el orgullo de sus padres, Pedro busco por una semana a Flor quien se había ido sin decir nada, él ignora que su esposa sabe de ese amorío. Con el tiempo se fue olvidando de ellas, se dedicó a su actual familia eso la hacía sentir muy orgullosa de sí misma. Nadie pondría las manos sobre su fortuna, solamente su hija Beatriz se repetía Ana día tras día, ella jamás aceptará a una hija ilegítima. Ya que Pedro no pudo reconocer a su hija Rosalinda por miedo que su esposa se diera cuenta, siempre aplazaba eso, hasta que Flor se molestó y ella misma la fue a reconocer llevando solamente su apellido. Un día Beatriz fue invitada por sus amigas a ir a club muy famoso de la ciudad, ella le dijo a su madre que tendría una fiesta de pijamas con sus amigas a lo que su madre la deja ir. Al llegar a la casa de su amiga, saco un vestido rojo fuego, tan corto que solo el trasero le cubría, sus tacones altos y su cabellera suelta, un castaño claro, con ondas en las puntas. Las tres chicas entraron al club sin ningún problema, eran mayores de edad y con estatus, eso era más que suficiente, la música está cachonda, ellas se adentran moviendo sensualmente sus caderas. Beatriz se dirige a la pista de baile sus pies se lo están sugiriendo, comienza a moverse al ritmo de la música sus caderas se mueven de forma natural que impacta, ella es una excelente bailarina. Llamando la atención de un hombre que está en la segunda planta, con una copa de vino en su mano. —¿Quiero me investigues a esa chica? —Si señor. Bruno quedó fascinado con los movimientos que ella hacía, que no le pudo despegar la vista en toda la noche, miro cada movimiento de esa joven, la deseaba para él, nunca una mujer le había llamado la atención como ella. Bruno Caleb Lewis Hall, él estaba de paso por Costa Rica, quien reside en Nueva York. Esa noche un amigo suyo lo invito a ese sitio, sin imaginarse que quedaría embelesado por esa mujer. Tiene negocios fructuosos y también Ilícitos, es un hombre peligroso cuando se lo propone o lo buscan. Después de esa noche supo que esa chica era hija única de Pedro Montalván, un reconocido empresario de ese país, con ingenio hizo que el hombre supiera de él, pero sin darse a conocer, le gustaba mantenerse anónimo, ya que poseía muchos enemigos. De inmediato supo que el hombre era ambicioso a través de su gente le presentaron el negocio de su vida junto a una enorme suma que era tentadora para cualquiera. Pedro al saber de la cantidad se sintió tentado que con solo pensarlo y discutirlo con su esposa a los tres días termino aceptando, eso hizo muy feliz a Bruno. Quien regreso a los Estados Unidos dejando la tela de araña tejiéndose, para cuando llegara el momento solamente iría a recoger su presa. Los meses pasaron y Pedro se sentía dichoso, ya que había invertido esa cantidad en su empresa y en negocios nuevos, todo iba de maravilla, hasta que la desgracia toco a su puerta. Un año después de haber hecho negocios con Bruno, una de las empresas la que más establecida estaba, sufrió un incendio, perdiendo la el seguro porque hubo mano criminal, Pedro estaba por volverse loco, su mujer igual, las perdidas eran millonarias. Eso, sin contar a los muchos empleados que tenían que indemnizar por los años de trabajo con él. —Ahora que vas a hacer, no quiero caer en la desgracia por tus errores. —Cálmate mujer, ya veré que hacer. —Tenemos que salir de este hoyo, ya mis amistades se me están retirando, no puedo caer en la pobreza, tienes que hacer algo Pedro esto es tu culpa. —No me agobies más mujer, buscaré una salida a todo esto. Para colmo de males el abogado de Bruno se presentó ante Pedro exigiendo el monto prestado, él quedó en shock, ya que no tenía dinero ni para sus empleados mucho menos para pagar esa enorme cantidad. El abogado fue contundente a la hora del cobro, en eso Pedro le dijo si podían llegar a un acuerdo. —El señor Bruno, quiere contraer nupcias, es un hombre muy ocupado para tener citas, así que, si usted acepta casar a su hija con él, s ele perdonara su deuda completamente. —¿Toda la deuda? —Toda la deuda. —Déjeme hablarlo con mi mujer e hija. —Tiene tres días para decidirse, si no el señor Bruno arrasara con todos sus demás bienes. —¡Está bien, tres días son suficiente! —Perfecto, entonces me retiro. Pedro se apresuró a llegar a su casa, su corazón latía fuerte, no sabe cómo se lo planteará a su mujer, pero era una oportunidad que no tenían que dejar ir, al hablarlo con su mujer ella se negó rotundamente. Pero al decirle que ese hombre arrasara con todo lo que tienen, ella cambió de parecer. Llamaron a Beatriz para ver qué opinaba. —Hija dime que opinas, eres nuestra salvación. —Papá, ni siquiera tú conoces ese hombre, que tal que es un viejo depravado. —En eso tiene razón nuestra hija. —Hija, escucha a tu padre, si no aceptamos quedaremos en la calle sin nada, le tendrás que decir adiós a todos tus lujos. —¿Tan mal estamos? —Así de mal. —Beatriz lloraba desconsolada, no quería dejar a su novio, pero tampoco quería ser pobre. —Pedro hay otra solución. —¿Cuál, mujer? —¿Ese hombre no nos conoce verdad? —No creo que nos conozca es extranjero. —Tú tienes otra hija, porque no le entregamos a esa. —¡¡Que dices!! ¿Cómo sabes eso? —Siempre lo he sabido, ¿Quién supones que alejo esa amante de ti? ¡Fui yo! —¡Ana, tus sabias de Flor! —No soy idiota, pero eso es pasado, ahora tenemos un problema más grave. —Mamá, tengo una hermana. —Hermanastra, hija. A esa vamos a usar. —Pero yo nunca la reconocí. —Eso se arregla con los abogados. —No sé dónde están. —De eso me encargo yo, las encontraré y por unas fichas aceptarán. —Pedro se sintió miserable al saber que ellas huyeron por su esposa. —Pero Rosalinda no es como Beatriz, ella es más sencilla. —No te preocupes ese viejo lo que quiere en tener una mujer en la cama. Desde ese momento Ana se dedicó a descubrir el paradero de ellas, utilizo cada centavo para poder dar con ellas, seguirles el rastro no era fácil porque se habían mudado varias veces. Hasta que la suerte le brillo y supo en donde estaban viviendo.

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