MI SEXY PADRASTRO

Sophie Brennan: Otra noche en la mansión McCarthy y estoy que me muero del aburrimiento. Es una casa inmensa y tiene sus comodidades, pero ya estoy harta de todo. Nunca hay nadie para hablar, ya parece esto un cementerio. Suspiré y me levanté de la cama, donde había caído minutos antes, después de llegar rendida de la universidad. Dejé mis libros de literatura en mi mesa de trabajo y de paso tomé mi móvil. Lo desbloqueé y busqué entre mis contactos, hasta que encontré a mi mejor amiga. Ya tenía que aprenderme su número, pero es que hasta eso de los números me daba flojera, no los podía ni ver. Como sea marqué y al primer timbre ella contestó. —Hola, dulce Sophie —dijo la animada voz de Lily a través de la línea. Me burlé de ella, de dulce no tenía nada. —Hola Lily, mi dulce terroncito de miel. —Le respondí. Mi amiga soltó una pequeña carcajada, este apodo se le daba mejor a ella. Lo que yo tenía de perversa, Lily lo tenía de dulce. —¿Qué pasa Sophie, tu padrastro ya te comió viva? —No me reí de eso, la burla de Lily no venía al caso. Rodé mis ojos y dije con fastidio. —Primero me lo como yo a él. Bueno, escucha, quiero salir, que dices, ¿te apuntas? Oigo el suspiro de Lily al otro lado de la línea. —Sophie, mañana tenemos clase y te recuerdo que no has hecho el proyecto principal para tu carrera de literatura. Hice una mueca, si el bendito proyecto, tenía que hablar sobre alguien a quien en realidad admirara, pero mi vida era un chiste completo, porque no tenía a nadie a quien respetar o admirar. Bueno, a excepción de Lily, pero la maestra nos pidió que fueran exclusivamente padres o tíos. Suspiré. —Ya se me ocurrirá algo, pero hoy no quiero pensar en nada. —Sophie, tengo que hacer muchos ejercicios. —Me recordó ella. Rodé mis ojos, no sé por qué Lily escogió ser matemática, pero bueno quién era yo para meterme en sus decisiones. —Eres prácticamente una genia, seguro los haces en un segundo mañana. Anda Lily, si no vienes cometes un delito contra tu mejor amiga. Me acerqué a la cama y volví a sentarme, observé mi cuarto tan lleno de lujos, pero tan inhabitado y me sentí más sola que nunca. Necesitaba distraerme con urgencia. Continué. —Ya me está saliendo hasta moho de estar aquí en esta casa, tan vieja y olvidada. —Me quejé y no pude evitar que mi voz sonara amargada. La verdad es que siempre fue así, en la casa que vivíamos antes. Mi mamá siempre se mantenía ausente, la única que siempre me acompañó fue la empleada de servicio y solo porque mi mamá le pagaba. Mi padre..., a él nunca lo conocí y mi madre tampoco hablaba de él. Ahora desde que nos mudamos a esta casa con el nuevo novio y esposo de mi madre hace como un año y medio, todo fue peor. No soportaba a Patrick, y hasta creía que él me odiaba, porque siempre me reprochaba todo lo que hacía con sus malas miradas. Lily me sacó de mis pensamientos cuando la escuche reírse ligeramente. —Bien iré porque te quiero mucho. Sonreí con ternura, ella era la única que siempre había estado para mí, ya sabía de quién hablaría en mi ensayo, así no fuera una figura familiar. Lily continúa. —Pero Sophie, no me vayas a dejar votada como las otras veces por irte detrás de otro baboso. En mis labios se formó una sonrisa traviesa al recordar a mi último ligue. Sí que estaba como quería el condenado. —No te preocupes Lily, no haré eso. Además, tu ese día también te me perdiste. —Si bueno..., te llego en media hora —Me evadió ella y después de eso me colgó. Fruncí mi ceño, había algo que no me estaba diciendo, pero no la presionaría, cuando estuviera lista sé que me contaría todo. Aunque ya veía venir el nombre de Connor en la conversación. Ese idiota había hecho sufrir mucho a mi amiga. Como sea, me levanté de la cama y me fui directo a mi armario gigante. Si había algo que me encantaba de que Patrick fuera mi padrastro era los lujos que nos daba. Abrí el primer armario, el cual contenía mi colección especial de vestidos. Fruncí mis labios en concentración decidiéndome que luciría bien en mí. La verdad quería verme provocativa, así que me fui por un rojo escotado que me encantaba. Lo saqué de su percha y lo llevé conmigo hacia el espejo, comparándolo con mi reflejo. Me puse el vestido en mi pecho sin aún ponérmelo y pose para mí. Viendo mis ondas rojizas, mi piel trigueña, mis labios voluminosos, mis ojos verdes y mi cuerpo voluptuoso, estaba de acuerdo que este vestido era la opción correcta. Sonreí con satisfacción, por lo menos le agradecía esto a mamá, me hizo muy hermosa. Sin esperar, me desn**de allí mismo y fui rápidamente a ducharme para sacarme todo el cansancio del día. Necesitaba verme absolutamente regia esta noche. Una vez salí me apliqué mi crema corporal con brillo para luego ir por mi lencería roja, dejé el brasier a un lado, no lo llevaría puesto. Mi busto era voluminoso, así que llenaba bien las partes correctas. Por último pasé a la parte estética, solo me pasé el secador y dejé mis ondas libres, en cuanto a mi maquillaje, me apliqué una base ligera, una sombra dorada en mis párpados y un brillo labial cereza para mis labios. Sonreí a mi reflejo, me veía hermosa, ya solo faltaba los zapatos. Elegí unas sandalias con tacón bajo, estas eran más seguras, porque si bebía, no quería tener accidentes y así era más cómodo para bailar. —¡Sophie! —Me llamó Lily desde alguna parte de mi habitación. —¡Aquí! —Dije saliendo del clóset—. Cómo me veo. Di media vuelta para que me admirara. Lily me dio una sonrisa y me apreció por un segundo. —Hermosa como siempre, ¿y yo? Detalle su atuendo, su vestido era negr**, finalizaba hasta mitad de muslo y no tenía escote, era sencillo, pero elegante y combinaba perfecto con sus ondas castañas. Le sonreí. —Absolutamente preciosa. Lily sonríe por mi comentario. —Muy bien vamos. —Espera olvide lo más importante. —Me dirigí a mi tocador y apliqué mi loción como me enseñó mi madre. Un poco más abajo, en mi oreja, en mi cuello y mis muñecas, por si un hombre me abrazaba o me besaba. Mi madre siempre decía que eran los puntos claves, por lo menos me enseñó algo de provecho. Hablando de ella no la había visto en todo el día. Observé a Lily a través del reflejo del espejo. —¿Cuándo llegaste viste a Grace? Lily niega. —Nop creó que tu mamá no está en casa. Suspiré irritada. —De seguro ya se fue a cenar con ese idiota. Dejé la colonia en el tocador y enfrenté a mi amiga, quien me observaba con una mirada curiosa. —No entiendo por qué le dices idiota a tu s3xy padrastro. Fruncí mi ceño. —¿Acabas de decirle s3xy a mi padrastro? —Fingí sentir asco—. Estás enferma. Lily suelta una carcajada y mueve sus hombros. —Solo digo la verdad, el esposo de tu madre es súper s3xy. Cerré los ojos y negué. —Haré de cuenta que jamás te escuche decir eso. Abrí mis ojos, Lily solo me dio una pequeña sonrisa y levantó sus manos en rendición. Al parecer no iba a discutir por esto. No lo admitiría en voz alta, pero la verdad es que Patrick sí estaba bueno, para su edad era muy atractivo, su piel era dorada por el sol, su cabello era castaño y sus ojos del mismo color y por supuesto, sus camisas de trabajo casi se reventaban con esos músculos que poseía. Negué sacudiendo mi cabeza, pero era el esposo de mi madre y era mejor no tener esos pensamientos. Sumado a eso, no me gustaba su aptitud. Lo que tenía de atractivo lo tenía de amargado. —Bien, vamos ahora si estoy lista. —Le dije a Lily, quien me siguió por el largo pasillo hasta llegar a las escaleras que nos llevarían a la planta baja. Una vez allí, no pude evitar volver a observarme, en el gran espejo que había en el recibidor de la casa. —Espera. —Le dije a Lily y me tomé una foto. La postearía en **. —Definitivamente, me veo espectacular —dije al ver la fotografía. Lily también aprovecha y se toma una. —Si la verdad es que te ves muy... De repente alguien nos interrumpió. —Muy vulgar. Su voz ronca y varonil era inconfundible. Me di la vuelta y lo vi acercándose a nosotras. Mierd** mi padrastro estaba en casa.