bc

Romance Imperial

book_age16+
297
FOLLOW
1.3K
READ
love-triangle
brave
princess
sweet
bxg
bxb
royal
another world
feminism
love at the first sight
like
intro-logo
Blurb

Colette es una princesa destinada a ser reina, sin embargo su padre hará todo lo posible para que sea su hermano mayor Silvain quien herede el trono, pensando que este es un heredero realmente digno de su puesto y no ella.

Mientras tanto Damián y Dante se verán completamente enamorados de Colette, haciendo todo lo posible para casarse con ella, por un lado Damián es un hombre elegante, refinado, totalmente encantador y digno príncipe de Terranova, quien con sus encantos demostrará ser un gran partido para ella, por el otro Dante es fuerte, osado y atractivo, sin embargo demostrará su lado más humano al conocer el amor a primera vista en los ojos de Colette. No obstante nuestra protagonista se verá en un conflicto al sentir que el amor puede ser visto como un signo de debilidad en ella y que para ser tomada en serio debe continuar su camino sola, sin tomar la ayuda de nadie más.

¿Será ella digna de alcanzar la grandeza? ¿podrán caer los estereotipos que la rodean? ¿podrá vivir un verdadero Romance Imperial?

chap-preview
Free preview
Capitulo I “La guerra”
Bajaba las escaleras con la sutileza que mi posición exigía, sentía que una corriente fría entraba por la ventana izquierda «Así debe sentirse el amor» pensé en ese instante, pues, al inicio este pequeño viento era como una ligera caricia en mi rostro, pero no tardaba en infiltrarse de a poco en mis huesos. Miraba al salón principal, podía escuchar voces, de hecho me resultaba imposible no escucharlos, gritaban como bestias feroces. Entré a la habitación, apenas tuve un pie en ella todas las bocas se cerraron. -Buenos días, señores – hice una pequeña reverencia. Estaba colérica, pero no podía permitirme ser vulgar. Todos respondieron educadamente, reyes y príncipes. Se había pactado para aquel día un encuentro entre cuatro reinos cercanos, Terranova, Semperida, Lumina y Aithéria Póli, este último era nuestro reino. La razón del encuentro es que dos reinos habían decidido retirarse del acuerdo y declarar la guerra a el resto, Yperochí y Smarágdi eran probablemente dos de los reinos más fuertes, necesitábamos una buena estrategia si lo que queríamos era derrotarlos. -Colette, hija ¿Qué haces acá? – la pregunta de mi padre carecía de sentido, al menos desde mi perspectiva. -Que curioso, padre. Yo me preguntaba porqué Silvain se encuentra acá ¿No estáis planeando un golpe de Estado a futuro o sí? – Respondí con una ligera sonrisa, evitando a toda costa que el ambiente se pusiese tenso, Silvain es el mayor de mis hermanos, mi padre desea que él herede el trono más que nada en este mundo, sin embargo para hacerlo tendrá que pasar por encima de mí, que me mate si es lo que desea, pero mientras yo viva él no tocará la corona. -No digáis ese tipo de cosas, en este momento necesitamos concentrarnos en derrotar a Yperochí y Smarágdi. Tú estabas en prácticas de piano, por eso le he pedido a tu hermano que tome tu lugar – podía notar que todo lo que papá decía era una completa falacia, pero había aprendido todo de él, eso incluye responder correctamente. -Tienes razón, me disculpo si he sido desconsiderada. Ya puedes retirarte Silvain, como papá ha dicho, estáis aquí en mi lugar, pero ya que estoy libre para ocuparlo no es necesario que continúes acá. Imagina el desastre que sería si todos acá trajeran a más de uno de sus hijos – mis palabras fueron órdenes, pude notar en sus miradas que estaban molestos y desconcertados, pero no sería yo quien permitiese doblegar mis mandatos. No podían hacer nada mientras estuviesen allí los principales de otros reinos. -Debemos atacar por el río de Yperochí – sugirió Damián, príncipe de Terranova – Sus habitantes no suelen cuidar la zona por miedo a las grandes corrientes de agua que en ocasiones han llegado a destrozar parte de sus terrenos. -No es mi intención discutir, pero sería un completo desastre hacerlo de tal manera, los ciudadanos de Smarágdi han estado por los alrededores según los informes, ellos no temen al agua, por el contrario son perfecto nadadores. Si mandamos a nuestros hombres van a quedar completamente indefensos – mis palabras fueron firmes, parecían causar molestia en los presentes. -Enviaremos a todas nuestras tropas – replicó Damián. -Si deseas que nuestros reinos queden desprotegidos y darles la oportunidad de infiltrarse, entonces hazlo – contesté inmediatamente, con un tono de voz suave y pausado. -Es imposible que nos destrocen, somos cuatro reinos – gritó él perdiendo la paciencia, no pude evitar reírme ante su rabieta. -Ambos reinos son conocidos por tener un alto número de habitantes, sí, son pobres en comparación al resto, sus tierras no son tan prósperas, pero eso no evita que entre ambos tengan tantos o más guerreros que nosotros, allá la gente no se dedica solo a hacer pan o calzado, sus habitantes siempre están buscando una manera de sobrevivir, trabajando en otros reinos como mano de obra barata o peleando las batallas que nadie más quiere pelear, no temen a la muerte, son duros, son implacables y créeme que no querrías enfrentarte a ninguno – finalmente decidí tomar el asunto con seriedad, Damián intentó responder, no obstante su padre no le permitió hacerlo. -La princesa tiene razón, hijo – Reconoció el rey Esteban – ¿Usted qué sugiere? – continuó dirigiéndose a mí. Por un momento mi cuerpo se enfrió y mis labios se entumecieron, todas las miradas estaban sobre mí. -Con estos dos reinos lo mejor es evitar el combate a menos que tengamos una excelente estrategia de ataque, entrenar más soldados nos tomaría mucho tiempo y enviar a todos los hombres de nuestras tierras es cometer g*******o. Podemos intentar llegar a un acuerdo con ellos – mi respuesta fue concisa, pero causó la risa de muchos. -La princesita quiere tomar el té con el enemigo – exclamó uno de los presentes. -Prefiero eso a ver morir a mi pueblo bajo sus espadas – contesté rápidamente haciendo que la sala quedara en completo silencio nuevamente. -Vamos a atacar – sentenció mi padre – si eso no funciona, entonces Colette podrá ir a tomar el té con ellos y suplicar misericordia -Espero que tus palabras no te castiguen, padre. No creo que ninguno de los Reyes presentes desee ver a la menor de sus hijas pedir misericordia en un reino donde han matado a los suyos y en el cual posiblemente también pierda ella la vida – mi respuesta hizo que mi padre me mirara con cierto temor, quizás le aterraba cuanto me parecía a él. Lo comprendía, yo tampoco estaba orgullosa. Me dirigí con mi institutriz a la parte trasera del castillo en donde daría inicio a mis lecciones diarias, no deseaba pensar en la reunión, sentía que todos allí eran unos salvajes, tantos años siendo entrenados para llegar a recibir la corona y parece que lo único que aprendieron fue a gruñir y matar, como si eso los hiciera más hombres, no les gustaba mi idea porque era yo quien la daba, quizás si fuese alguien más la historia sería diferente. Pero no lo era y hoy en la noche saldrían todos los guerreros a enfrentarse en una guerra que probablemente iban a perder. -Disculpe mi interrupción ¿Podría hablar con usted? – Damián hacía una reverencia hacia mí, la verdad es que nunca antes habíamos hablando, sabía quien era, debía saberlo, después de todo algún día él sería el rey de Terranova. Pero hasta el día de hoy nunca había escuchado su voz o visto bien su rostro más allá de algunos bailes en los que estuvimos presentes. -No me resulta grato, lo siento – contesté sin más. -No creí dar una primera impresión tan lamentable, le ruego me disculpe – creí que iba a perder el control, sin embargo actuó de una manera bastante correcta a mi parecer. -Supongo que unos minutos no harán daño a ninguno de los dos – comenté antes de que él pudiese irse. Entramos al castillo, nos sentamos en los sillones de la biblioteca mientras Carmela, mi institutriz, leía un libro cómodamente. Minutos después nos sirvieron el té junto con algunas galletas, Damián miraba a los lados, como si se preguntara donde estaba o porqué estaba allí. -¿No cree usted que tenemos un lindo clima acá en nuestro reino? – podía quedarme callada el resto de la tarde, no me molestaba en lo absoluto, pero es parte de mis labores dar una buena conversación a quien sea mi acompañante. -Es realmente agradable, vive usted en un hermoso castillo – respondió él tomando finalmente de su taza, eso me daba un indicio de que ya estaba un poco más cómodo. -Me han dicho que su hogar no tiene nada que envidiarle al mío – contesté con total sinceridad, había escuchado mucho sobre él. -Es una pena que no haya tenido el placer de conocerlo aún, es bienvenida cuando guste – su invitación venía con un pequeño nerviosismo de su parte, no parecía ser ni la mitad del hombre que conocí por la mañana. -No sería correcto simplemente llegar a un lugar sin previo aviso o sin una invitación formal, sin embargo agradezco su gentileza – mis palabras parecían hacer que se cohibiera aún más. No solía tener visitas, así que supuse que aún no era lo suficientemente buena haciendo fluir una conversación. -Sinceramente no sé qué hago aquí – confesó él abruptamente. -Creí que estaba teniendo una amena conversación conmigo – a pesar de todo no quería que se sintiera incómodo. Su mirada asustada se encontró repentinamente con la mía, pude sentir su miedo a través de mi corset, apretando mis costillas, dejándome sin aire, quitándome el don del habla que se nos ha concedido a casi todos los humanos. -Discúlpeme, por favor. Creo que ya es hora de volver. Ha sido todo un honor conversar con usted – hizo una pequeña reverencia y salió de la habitación, aún tenía su miedo atrapado en mí, era una extraña sensación. -Estos jóvenes se emocionan con facilidad – comentó Carmelita mientras pasaba la hoja de su libro. -¿A qué se refiere? – pregunté de manera inocente. -Ya lo vas a descubrir con el tiempo, pequeña. Los hombres son reinos difíciles de dirigir, pero tú haz nacido para reinar – sus palabras vinieron acompañadas de una pequeña y pícara sonrisa, solo miré hacia la ventana, esa corriente no quería irse.  

editor-pick
Dreame-Editor's pick

bc

Navidad con mi ex

read
7.9K
bc

Bajo acuerdo

read
4.1K
bc

Mi Sexy Vecino [+18]

read
47.4K
bc

Prisionera Entre tus brazos

read
83.4K
bc

La esposa rechazada del ceo

read
151.8K
bc

Tras Mi Divorcio

read
503.4K
bc

Yo, no soy él

read
86.9K

Scan code to download app

download_iosApp Store
google icon
Google Play
Facebook