Engañada.
PVO Natalia.
_¿Segura mi niña que ir al hotel a buscarlo es lo correcto?.-Insiste mi nana, sin dejar de pasar el peine por mis cabellos.
_Lo estoy.-Aseguro.-Será la sorpresa más hermosa y creativa que he hecho a alguien, y nadie mejor que para mi esposo.
_No lo sé mi niña, todo esto es muy sospechoso. ¿Porque el Sr Bastian no le dijo que llegaría antes de su viaje e iría al hotel de su familia?¿No cree que es raro?
_Ay nana, es obvio que él también debe tener una sorpresa para mí y por eso no ha venido directo a casa.-Digo emocionada, pensando en las posibles sorpresas que mi Bastian puede tenerme por nuestro primer aniversario de casados que es mañana, pero que yo, quiero ir a sorprenderlo hoy.
_Mi niña, disculpe que insista, pero usted sabe que el Sr Blackwell nunca me ha caído en gracia y sospecho que él puede estar...
_No lo digas nana porfavor, es imposible. Yo misma me aseguré de saber que hizo ahí todo el día de hoy y sí, sostuvo dos reuniones con unos clientes árabes, él está trabajando ahí, no es lo que crees.
Mi nana lanza un suspiro y deja a un lado el peine, para finalmente ponerme un lazo rosado que él me regaló el día de mi cumpleaños.
_¿Ya está listo los documentos que le pedí a Damon?
_Él mismo los trajo temprano mi niña.
_Perfecto.
Saco los documentos y los reviso para asegurarme que todo esté en orden y cuando Bastian lo vea, se lleve la sorpresa de su vida.
Me levanto de mi silla y camino con pasos sensuales, atrevidos y delicados a la vez. Levanto un poco mi vestido de flores mientras me doy una vuelta frente al espejo, que refleja mi sonrisa y vuelta a la vida.
_Mi niña, su padre estaría orgulloso de usted, y su madre, ella solo desea su felicidad, llamó hoy día y se disculpó que no pueda venir a verla, pero prometió que la llamaría mañana temprano.
_¿Mamá?¿Y por si acaso no estaban mis tías cotorras por ahí?
_Solo mandaron saludos.
Ambas reímos por eso. Me doy unos últimos retoques al maquillaje que odio y ya. Sí, aunque lo odie, es la verdad. Soy una mujer que se ha dedicado en los últimos años al trabajo y a mi esposo, con el único objetivo de que él sea reconocido en el mundo de los negocios como el hombre astuto e inteligente que es, aunque claro, yo como su esposa, le doy una que otra ayuda.
_Listo, me voy.-Digo mirando mi reloj, ya son las 9 y él acostumbra a dormir a las 10, después de esa hora no le gusta que lo molesten.
_Mi niña, ¿Porque no lo piensa mejor antes de darle tal poder a su esposo?.-Y sigue insistiendo con eso.
_Nana, después de todo lo que Bastian ha trabajado en todo este tiempo y haberme dedicado su poco tiempo, es lo mínimo que puedo hacer para agradecerle.
_Si claro, pero la abandonó por 3 meses mi niña, ¡3 meses! Eso no lo hace un esposo cariñoso y que ama a su esposa, ni por tanto trabajo que tenga afuera.¡Ay! Lo siento.
Trato de sonreír y no enojarme con la mujer que me ha cuidado junto con mi madre.
_Se que te preocupas por mí nana, y me alegra, pero sé lo que hago, y sé que Bastian me ha tenido un poco olvidada en estos meses, pero todo es por un fin nana, y ya verás como pronto Bastian y yo estaremos por encima de todos y seremos reconocidos por fin.
_Mi niña, solo deseo lo mejor para usted.
_Lo sé, y lo mejor para mí, es Bastian y ahora me voy, tú sabes que a las 10, ya está durmiendo. Así que regresa a la casa familiar, que te lleve Claude.
_Bien mi niña, buena suerte, pero si pasa algo, no dude en llamarme.
Apesar que me da la bendición y me despide con una triste sonrisa, sé que ella no desea que vaya a verlo, pero bueno, tampoco es que desista de mi plan sorpresa, uno que he estado planeando hace algunos meses, desde cuándo tuve las acciones mayoritarias de las empresas Warren y Redmayer en mis manos, que son nuestras competencias directas, ahora con esto, la Constructora Blackwell- Redmigton, será la que dominará el mercado tecnológico en el país y pronto, en todo el continente. Mi Bastian se sorprenderá al saberlo, bueno, aún están a mi nombre, pero pronto serán de él.
Ya muero por ver a Bastian, mi amigo de años, mi esposo, el hombre perfecto. Nunca lo he visto con otras mujeres cerca que no sean su madre o hermana, o bueno, media hermana por padre, Susana, mi cuñada que fue de la idea de la adquisición de este vestido.
_¿A donde la llevo Srta Natalia?
_Al hotel Reagan Cesar, voy a darle la sorpresa a mi marido.
Cesar, uno de mis dos choferes junto a Claude, solo esboza una ligera sonrisa, él es igual de desconfiado que mi nana en cuanto a Bastian, pero bueno, mi marido no es una pepita de oro para que le caiga bien a todos, pero en fin.
Mientras César inicia su recorrido, no puedo dejar de ver mis piernas y moverlas.
Hace 3 meses, cuando apenas faltaba unos días para viajar a Nueva York y estar con mi esposo, mis padres y yo sufrimos un accidente, uno lamentable, donde mi padre perdió la vida, mi madre se hundió en depresión pero gracias a mis tías logró seguir y yo, bueno, solo estuve hospitalizada pero acompañada de mi familia y de mi esposo, aunque estuviera solo unos dias.
Recuerdo como todos me dedicaban cada queja sobre su comportamiento. Que su deber era estar a mi lado en esos momentos, que era un insensible y un monton de quejas más, pero ninguno entendía que tenía que estar en Nueva York para atender una obra que estaba a nuestro cargo y era la más importante de su carrera.
3 meses, fueron 3 largos meses que no lo ví en persona, pero si escuchaba su voz por llamadas y me enviaba regalos para animarme. Indicios de que siempre me tenía presente, por eso, decidí que en nuestro primer aniversario de bodas, debía demostrarle mi gratitud y alegría, porque aquél contrato había resultado en un éxito rotundo.
Y no solo eso, hoy también quería entregarme a él, demostrarle que estoy lista para ser suya.
De solo pensarlo ya estoy roja de la vergüenza, pero estoy segura de ello, solo quiero a Bastian Blackwell, solo a él.
Al llegar, tomo el sobre con la transferencia de las acciones como la segunda sorpresa, y con el corazón acelerado, inicio mi sorpresa de amor hacia el último piso, donde mi esposo se hospedó.
Si supiera que este hotel, o mejor dicho, la cadena de hoteles Reagan, los restaurantes 5 estrellas Brunner, la casa de modas más importante de Europa y otras empresas que son top en sus rubros, son de mi propiedad, se caería de espaldas, pero para eso estoy yo aquí, para sostenerlo.
Yo, Natalia Remington Reagan, como una tercera sorpresa, le voy a confesar a mi esposo quien soy realmente, solo espero que no se asuste tanto.
Entro directo a los ascensores, como la dueña del hotel, tengo acceso a todas las habitaciones con una tarjeta especial, reservado solo para los dueños, y yo lo soy.
Caminé a paso lento, pues mi corazón no podía dejar de latir desbocado por los nervios y alegría que estaba apunto de suceder. Eran tres sorpresas, y ese sería el comienzo de nuestro amor.
Con ansiedad y nervios, pasé la tarjeta de ingreso, que de inmediato me dió paso hacia la habitación, la más cómoda y lujosa, perfecta para nuestra intimidad juntos, y nada mejor, que a unas horas de nuestro aniversario.
_Debes tener cuidado Naty, no vaya a ser que Bastian al verte caminar, te crea una ladrona u otra persona y te de un golpe, eso si sería desastroso.
Sonríe ante aquel pensamiento gracioso que se formaba mi cabeza, pero lo verdaderamente desastroso, lo estaba apunto de presenciar.
Seguí caminando en medio de la oscuridad, pero que con ayuda de la tenue luz de la luna, podía seguir, y sabía hacia donde iba, ya que solo había una habitación iluminada, además, escuchaba las tecleadas que Bastian hacía mientras escribía en su laptop. Inclusive apesar de ser tan noche, él seguía trabajando, pero con la sorpresa dos, lo relajaría.
_¿Seguro que Natalia se creerá esa excusa tan barata para que no vayas a casa?¿No crees que eres demasiado cruel Bastian?
Esa voz, es Susana, su hermana. ¿Porque está ella aquí?¿Y a estas horas?
_Sí, no encuentro otra excusa, a menos que tú tengas una mejor.
_¿Que tal si le dices que sufriste un accidente también?
¿Accidente?¿De que hablan?
_Deja de decir tonterías Susana. Lo primero que haría Natalia sería ir al hospital y dejarme a mí como un mentiroso cuando no me encuentre.
Susana se ríe, pero no entiendo lo gracioso.¿Porque fingir un accidente?
_Yo solo lo decía en caso ella te pida que tuvieran sexo, mañana se cumple un año de su aniversario. No tienes ni idea de cómo lo repite a cada rato, ¡Me estresa!
_Silencio Susana, ella no podría debido al accidente, esa excusa siempre ha funcionado, además, yo no pienso llegar a la casa.
¿Que dijo?¿Como que no va a llegar?
_¿Entonces me llevarás a ese lujoso hotel de 6 estrellas Bastian? ¿Me llevarás por mi cumpleaños?
En ese momento, detuve mi andar y apesar que una cortina nos separaba, no tuve el valor de avanzar ni ver más. El silencio se hizo algo extraño por segundos, pero eso desapareció cuando el ruido de jadeos y sonidos golpearon mi corazón.
_No, no creo que sea eso. Susana es su hermana, su hermana maldita sea.-Me repetí para calmarme pero fue en vano. Mis ganas de saber que estaba pasando, fue más fuerte.
Abrí temblando la cortina y ví lo que mi mente se negó a creer.
Bastian estaba sentado frente a su laptop, y Susana lo besaba por detrás, mientras con sus manos acariciaba su pecho y él giraba para sentarla en sus piernas.
Tuve que taparme la boca para no gritar, pero no pude evitar que mi corazón se rompiera y mis lágrimas resbalaran por mis mejillas.
_¿Entonces está bien si hago la reservación en ese hotel de lujo que esta cadena pronto va a inaugurar? Quiero que seamos los primeros Bastian. Vamos dí que sí, que sí.
_No lo sé Susana, además, una reserva en ese hotel va a salir muy cara, y no voy a poder justificar este gasto a Natalia.
_¿Que?¿Pero porque tienes darle explicaciones a ella?¿No es tu dinero?
_Sí, pero su amigo, ese abogado le chequea todas las cuentas, y puede revisar las mías si se le da la gana. Mejor esperemos, hace 3 meses no estoy con ella y no quiero levantar sospechas.
_De acuerdo amor, pero júrame que estarás conmigo en mi cumpleaños.
_Lo juro. Y ahora, necesito un masaje, ¿Puedes complacerme?
_Sabes que siempre te complazco.-Respondió ella mientras se bajaba aquel vestido que le regalé, uno que ella deseaba adquirir por ser de marca exclusiva.
En ese momento retrocedí lentamente, pues comenzaron a quitarse la ropa, sabía lo que pasaría y no podía permitir lastimarme más. Me quité los tacones para no hacer ruido y salí de la habitación con sigilo, solo para encerrarme en el área de lavandería y derrumbarse entre la ropa tirada.
Seguía sin creer todo lo que había visto, lo que había escuchado, pensando que quizás estaba encerrada en una maldita pesadilla de la que quería despertar pero ya.
Pero no fue así.
No sé cuántos minutos pasé ahí, solo hasta que mi alarma de celular sonó, me dí cuenta que eran las 10.
Era la hora de dormir de Bastian, a partir de ahí, no quería ser molestado bajo ninguna circunstancia, o eso me advirtió.
Me levanté y salí de la lavandería como si fuera un zombie, un ser sin vida al que acaban de matar. No lloré, quizás por el shock, pero si estaba consciente de lo Bastian me había hecho.
No se por cuánto tiempo deambulé por los pasillos, hasta que me topé, con una palanca de emergencia protegida por un vidrio y que debía ser rota en caso de incendio. Al hacerlo, este sonaría como una sirena de ambulancia y haría que todos los huéspedes salieran de sus habitaciones y fueran evacuados a la fuerza. Reglamento obligado a cumplir cuando te hospedas en un Hotel Reagan.
Sonreí. Por primera vez en mi vida sonreí maliciosamente, yo Natalia Remington Reagan, sonreía de esta manera.
_Feliz aniversario querido esposo.
Susurré mientras entraba al sistema operativo de este hotel y saboteaba su sistema de electricidad, yéndose de inmediato la luz. Enseguida, rompí el vidrio de protección y bajé la palanca, ocasionando que se desatara el caos en todo el hotel, y sobretodo, a esos dos descarados a los cuales había arruinado su velada, y veía desde mi auto sin expresión alguna.
¿Sí me arrepentía de lo que había hecho? No.
¿Si lo volvería hacer?
No, porque eso es solo lo mínimo de lo que sufrirán Bastian y Susana Blackwell. El inicio de su infierno....y del mío.