Enero, 2018
Recuerdo cuando la conocí, una tarde de abril, sus ropas mojadas por la lluvia al igual su piel morena y su pelo n***o. Corría a mas no poder, su pelo se agitaba con el torrencial viento que azotaba, ese día no pude ver sus ojos.
Me arrepentí de ello al mirarlos por primera vez, dos oscuras esferas. Ojos que mire tantas veces, ojos que me mostraron mi vida misma. Sin saber nunca la conocí, sabía su nombre, su color favorito, sabía que la vería cada día en las afueras de aquel café en el que trabajaba, nunca cuestione porque no hablaba de su vida, fui transparente con ella, lo más transparente que pude ser. Ella vio cada rincón de mí.
No sabía cuan oscura se convertiría mi vida si conocía la suya, el amor podría soportarlo todo, nunca intereso que fuera, un sueño eso fue mi tiempo con ella, el sueño más salvaje que tuve, despertar fue lo más fácil. Aceptar la verdad lo peor.
Porque si yo no era un monstruo, ahora lo soy…
Podría decir. ─ Que empiece el juego.
Pero ya empezó.