bc

Viviendo con mi profesor

book_age4+
1.5K
FOLLOW
6.0K
READ
others
goodgirl
drama
comedy
sweet
serious
like
intro-logo
Blurb

[Humor, Romance, amor p*******o]

Britt es una chica que le suplicó a su madre por un cambio, pero nunca pensó que la artaría y que como castigo la mandara a la ciudad. Ella tiene que vivir con un tío que apenas conoce y con un amigo de él. Nunca ha demostrado expresión alguna y no es quisquillosa en nada, pero la mala suerte la abunda cuando se entera que el amigo de su tío es su nuevo profesor de historia.

Vivir con un profesor puede ser bueno, pero ¿Será bueno para los demás?

chap-preview
Free preview
Capítulo 1
Un día más disfrutando del hermoso campo. Es una lástima que la ciudad sea tomada antes de que este lugar. Mi madre me enviará con un tío hacia la capital para que pueda conocer a más gente. Desde hace tiempo le dije mamá que quería hacer algo distinto, pero nunca imaginé que se le ocurriera mandarme a la ciudad. Me dijo que no reclamara, por qué había sido mi decisión. En este instante estoy en el terminal de buses, el cual solo pasan dos buses por semana. El bus se ve a la distancia indicándome que ya tengo que prepararme. Hay mucha gente esperando para entrar, así que tengo que actuar rápido. Al momento en el que el bus se estaciona al frente de mí un mar de gente comienza a abalanzarse encima de él. Llego a la conclusión de que es mejor dejar que la gente suba antes que yo, ya que yo no quería ser lastimada. Cuando por fin veo que ya la masa cesó, tengo la dura tarea de subir al bus. Ya había dejado de antemano mi maleta, la cual solo era una pequeña y la llevaba en la mano. No ocupaba gran espacio, pero tenía lo necesario. Al subir al bus me encontré con la ya esperada sorpresa de que todos los asientos estaban ocupados. Algunos decían que estaban reservados, otros ponían simplemente su maleta para no querer compartir con nadie. Eran muy maleducados. Al final de este había un asiento desocupado. Nadie se quería sentar en él ya que había un caballero un poco desaliñado durmiendo. No me quedó otra que ir a sentarme junto a él. Con dificultad moví mi maleta hasta llegar al final del bus y poder sentarme junto al caballero. No era quisquillosa con nada, así que no me hice problema al sentarme junto a él. Lo poco que tenía para entretenerme en el bus era un pequeño cuaderno en el cual jugaba conmigo misma a la sopa de letras o a cualquier otra cosa. Ya era de noche, el sueño me estaba llegando poco a poco, pero con dificultad. En los asientos anteriores se escuchaban a hombres roncar y a otros quejarse de estos. No debe ser bonito el tener un hombre desconocido a tu lado que ronque justo al lado de tu oreja. Miré de reojo al caballero que estaba a mi lado. Dormía plácidamente con unos audífonos puestos. Llevaba un gorro de lana estilo peruano junto con un abrigo n***o. Tenía barba asomándose un poco por el mentón. No se veía tan desaliñado como ve desde adelante. El conductor apagó las luces dando por finalizado mi juego de palabras. Guardé mi cuaderno en mi bolso y lo dejé a un lado. Al caballero de mi lado se la había olvidado cerrar la cortina mientras dormía. No iba a despertarle solo por eso así que me hice la idea de dormir con las luces pasando de vez en cuando. Antes de quedarme dormida pensaba lo que haría al llegar a la casa de mi tío. Primero tendría que conocerlo, después tendría que hacerme su amiga y así el poder acostumbrarme a él. También pensaba en el cambio de escuela; mamá me dijo que iría a una escuela cerca de la casa de mi tío y que él se haría cargo de parte de la colegiatura. Según mi mamá él estaba ansioso de recibirme ya que siempre quiso criar a otra persona que no fuera ella. El sueño comenzó a inundarme haciendo que mis parpados fueran cayendo poco a poco. * Al despertarme por el sol que entraba por la ventana me pude dar cuenta que habíamos llegado. Con la vista aún borrosa miré hacia los lados. La gente ya se estaba poniendo de pie y sacaba sus cosas para bajar. El hombre a mi lado comenzó a hacer lo mismo. Para no estorbarle tomé mi bolso rápidamente y me alejé de él. Debe creer que me dio miedo al salir tan rápido del lugar. Fui una de las primeras en bajar. Miraba hacia los lados buscando a mi supuesto tío. Mamá me dijo que lo iba a reconocer porque se parecía mucho a ella, pero a mirar no hay nadie parecido a ella. Me asusté un poco al sentir como alguien tocaba mi hombro. Me giré lentamente y me sorprendí al ver al caballero que antes estaba a mi lado. Lo primero que se me cruzó por la mete fue cuando salí corriendo, eso no había sido muy educado. — ¿Te ayudo con las maletas? —Me dijo. Yo lo seguía viendo y con suma calma me di vuelta quedando frente a él. —No gracias —Levanté una mano en forma de “Stop”—Mamá me dijo que no hablara con extraños—Después de eso asentí en forma de disculpa y seguí caminando. Que un hombre me hablara de esa manera me había pillado de improvisto. Mamá me dijo que no tenía que hablar con extraños porque era muy peligroso. Además, tampoco es la costumbre el interactuar con extraños ya que allá todos se conocen. De mi bolsillo saqué un pequeño papel en el cual mamá me había escrito un mapa según ella. La verdad que eran puras líneas entre calles y como una niña pequeña dibujó una casita junto a un hombre de palo a un lado, el cual era mi tío. El mapa no me serviría demasiado, pero al menos había que intentarlo. Comencé a caminar tal cual decía el pequeño papel. Para mi sorpresa en todo acertó, me topé con unos cuantos obstáculos, pero al final llegué a la casa de mi tío. La casa era igual a la foto que mamá me había pasado desde hace tiempo. Levanté la foto para comprarlo. La única diferencia es que ahora está más desgastado. En la foto había un hombre dado vuelta, mamá me dijo que aquel era mi tío. Ya convencida de que había llegado al lugar correcto, tomé mi maleta y seguí directo hacia la casa. El frio de la mañana se hacía notar mucho menos en la ciudad que en el campo, llegando al punto de que me empezara a dar calor. Abrí la reja y quedé frente a la puerta. Antes de que pudiera tocarla, la puerta se abrió de golpe haciendo que me asustara. Al levantar mi vista vi un hombre el cual me miraba con una enorme sonrisa. Era la misma imagen de mi madre, solo que en versión hombre. Tenía mucha razón al decir que se parecían mucho. — ¡Britt! —Gritó él al verme—Que grande estás —Extendió los brazos de felicidad. Yo lo examiné en un segundo. Era lato, la cara era igual a la de mamá, tenía los ojos cafés y el pelo n***o. Llevaba un poco de barba y uno lentes grandes. —Hola tío —Levanté una mano en forma de saludo. Naturalmente no soy muy buena para expresar mis emociones, pero la gente llega a entenderme. Me invitó a pasar y me dijo que él entraba mi maleta. Le dije que no había problema ya que solo era un pequeño bolso. Al entrar a la casa se me hizo familiar a la que tenía antes. Estaba decorado de la misma forma en la que mamá había organizado la suya, solo que en vez de tener rosado tenía toques más negros o azules. —De verdad extrañas a mamá… —Susurré mientras examinaba la casa — ¿Te costó llegar? —Me preguntó mientras ponía el agua caliente en la mesa. Al parecer me esperó para tomar desayuno. —No —Dejé mis maletas a un lado y me senté para tomar desayuno—Mamá me dibujo un mapa —Saqué el papel en el que mamá hizo el mapa y se lo mostré. Él hizo una mueca y luego soltó una risa. —Tu mamá nunca ha sido bueno con esto Guardé el papel en el bolsillo y me acomodé las mangas para no ensuciarme. Lo primero que me fijé en la mesa es que había tres tazas, no dos. Lo primero que se me cruzó por la mente fue que estaba casado, pero al mirar su mano no llevaba anillo. También podría tener algún visitante, o solo se equivocó. —Tío… ¿Por qué hay tres tazas? —Él me miró de reojo y luego dejó la tetera en la mesa. Se llevó una mano a la nuca y miró por la ventana. —Al parecer Cristian no ha llegado… —Se volteó a verme—Después lo verás —Me sonrió. Tal vez sea un hijo de él. Se me hace raro el pensar que mi tío vive con otro hombre. Mamá me había dicho que vivía solo, y por eso me dejó venir para acá. Mientras terminaba de servirme café en la taza, la puerta se abrió por detrás. Mi tío gritó Cristian con felicidad y fue hasta él. Yo me volteé. Me esperaba ver a un chico pequeño, o a un adolescente, pero para mi sorpresa me encontré con el caballero del bus. El caballero después de terminar de saludar a mi tío me miró a mí y levantó una mano saludándome. Y me puse de pie y fui hasta ellos. Me quedé frente a él y bajando un poco la cabeza le pedí perdón por no haberle recibido la ayuda antes. —No te preocupes —Me dijo él— Al menos sé de qué no eres una chica descontrolada ¿Es un cumplido? Pero bueno, ya había pedido disculpas y estaba recién conociendo a las personas con las que viviría. Sentados ya en la mesa mi tío me preguntó como estuvo el viaje al igual que Cristian. Se sorprendió al enterarse de que nos vinimos en el mismo bus y en asientos compartidos. —Tío —Dejé mi taza a un lado después de darle un sorbo— ¿A qué escuela voy a ir? Mamá me dijo que estaba cerca —Vas a ir a la misma que Cristian —Lo miró. Yo miré a Cristian inclinando la cabeza. No se veía como un chico de edad como para ir a la escuela. —No donde voy —Me dijo Cristian— Es donde estudié antes —Nos aclaró. Yo asentí más convencida. Era imposible que un hombre como él aún esté en la escuela. Debe tener unos veinte uno o unos veinte cuatro años. —Pero es lo mimo —Le dijo mi tío levantándose de la mesa al haber terminado —Si quieren vayan a arreglar sus cuartos. Yo terminaré de levantar la mesa… —Hizo una mueca Fue tarde cuando lo dijo yo ya estaba levantando varias cosas a la vez y llevándolas a la cocina, en cambio Cristian si le hizo caso y se fue a su cuarto. No tenía un buen temperamento al parecer, pero al menos no molestaba. Después de dejar las cosas en la cocina llevé mi pequeño bolso hacia la pieza. Al entrar me di cuenta de lo grande que era. En el campo las casas suelen ser pequeñas y con muchos familiares, aquí se ve pequeña por afuera, pero por dentro es grande. Mi cama era de dos plazas, había una TV y un computador al otro lado. También había un ventanal muy grande con un respaldo en donde me podía sentar o hasta estirarme. Había un baño personal, era pequeño pero lindo. La pieza era blanca. Al parecer mi tío tenía miedo de que color no me gustara. Era muchas cosas para mí. No estoy acostumbrada a la tecnología de este modo. Estoy más acostumbrada a centrarme en el estudio o a jugar conmigo misma. A un lado de la pared estaba colgando mi nuevo uniforme. Era una polera con el cuello y mangas pequeñas azules. La falda era azul con líneas negras. Las calcetas eran negras al igual que los zapatos. La falda no era corta, así que por lo menos no tendría que agregarle nada. Me tumbé en la cama para probarla. Era muy suave y el cobertor era de plumas. Ahora me sentía como pájaro. Comencé a rodar en ella hasta que me casné. Era lindo estar en un lugar así después de todo, lo único que me quedaba descubrir era como serían mis nuevos compañeros. Me pasé la mayor parte de la tarde hablando con tío. Cristian dijo que tenía cosas que hacer, así que salió durante toda la tarde. Le pregunté a mi tío si Cristian trabajaba y me dijo que sí, pero no me quiso decir en qué. Se me hacía raro el conocerlo recién, ya que allá en el pueblo todos se conocían, y a él nunca lo había visto. * Al día siguiente me levanté, me di una ducha y luego me puse mi uniforme. La falda me llegaba pegada arriba de la rodilla, las calcetas eran como bucaneras así que se amontonaban al final. Al tener el cabello hasta la cintura, lo único que me quedaba era hacerme un par de trenzas para que no se me esponjara. Tomé mi pequeño bolso para guardar un cuaderno y me fui junto a mi tío a la escuela. Al llegar a la escuela me di cuenta de que no era tan pequeña. Había unos tres edificios juntos y nos más pequeños uniéndolos. Me era extraño el ver una construcción así para solo una escuela. Mi tío me dijo donde tenía que ir y cual era mi primera clase. Me tocaba historia. No era de mis preferidas, pero no me quejaba. Entré justo al tiempo de que tocaron la campana, así que los puestos ya estaban casi todos ocupados. Había uno desocupado el cual estaba al lado de un chico que tenía la irada a gachas. Estaba en la primera fila así que era mejor para mí. Me senté a su lado suavemente y lo quedé viendo. El chico tenía su cara pegada a la mesa. Tenía el cabello color café muy claro, lo tenía como melena ya que tenía mucho. Tal vez a los chicos de aquí no los mandan a cortar el cabello. —Hola —Le dije inclinando la cabeza. El chico se dejó ver el ojo he inmediatamente lo volvió a cubrir contra la mesa. Al parecer no era bueno hablando. Un grupo de chicas entró gritando que había llegado un nuevo profesor y que era guapo. Lo único que les molestaba es que iba a ser el profesor de historia, pero les daba igual. —Buenos días alumnos —Se holló una voz joven. Miré hacia la puerta y ahí estaba un hombre joven. No tenía barba y el cabello lo tenía revuelto. Es como si se hubiera levantado recién. Se acercó al escritorio y dejó sus cosas en él. Tomó una tiza y comenzó a escribir en la pizarra. En letras grandes escribió Cristian. Primero pensé que se parecía mucho a Cristian de la casa. Pero como estaba sin sus gafas y su pequeña barba era difícil que fuera él, aunque si se parecía mucho. —Soy Cristian, su nuevo profesor —Terminó de escribir y dejó la tiza a un lado—Espero qué se comporten —Le dio una sonrisa haciendo que las chicas comenzaran a gritar despacio. Yo aún lo miraba comparándolo con el Cristian que había conocido, pero no podía llegar a asimilarlo. Él al ver mi mirada tan fija en él se acercó a mí. Me dejó un pequeño papel en la mesa y siguió como si nada hacia atrás. Yo lo seguí con la mirada, pero después lo dejé ya que quería ver el papel. Lo abrí y ahí decía: “Ahora te estaré vigilando. Pórtate bien o si no te acusaré con tu tío :P” Sí era él. Me sorprendía lo mucho que puede cambiar una persona de esa manera. Aunque ahora que lo veo mejor tiene esa aura despreocupada que tenía ayer. No sé si es bueno estar viviendo con tu profesor o será malo acorde a las notas… No creía que algo interesante me iba a pasar se esta manera en mi segundo día en la ciudad. Volvió adelante aplaudiendo para que todos le tomaran atención. —Bueno chicos —levantó las manos—Espero llevarme bien con todos —Sentí como que me miró por un segundo en especial. En ese momento supe que no sería nada bueno estar viviendo con tu profesor.                    

editor-pick
Dreame-Editor's pick

bc

Deseos Sexuales [+18]

read
603.1K
bc

Juego Perverso

read
516.2K
bc

Maestro privado del placer

read
254.9K
bc

La guardaespaldas

read
52.9K
bc

Mi Mafioso Compulsivo

read
337.1K
bc

Mi Amor Prohibido

read
301.6K
bc

Perfekt Für Mich (Perfecta para mi)

read
231.3K

Scan code to download app

download_iosApp Store
google icon
Google Play
Facebook